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viernes, 25 de julio de 2014

Y EL FLAUTISTA DE HAMELIN NO SABE COMO DEJAR DE TOCAR SU MELODIOSA TONADA


En el artículo de fecha Sábado 21 del mes de Junio del presente año, intitulado “EL FLAUTISTA DE HAMELIN”, servidor se ha permitido exponer un análisis sucinto sobre la problemática que involucra para los Estados Unidos de América,- EE. UU.-, el problema de los niños migrantes de Centro América que intentan ingresar a dicho país para reunirse con sus padres o porque sus padres les envían desde Centro América,- El Salvador, Guatemala y Honduras-, para preservarlos de la violencia en sus países de origen.

En dicho artículo, se parafraseaba y parodiaba la historia del famoso flautista, estableciendo una analogía entre éste y los EE. UU. como alguien quien mágicamente atrae a los menores hacia si.

El problema continúa y se vuelve cada día más grave, análogamente como la historia de la bola de nieve que al rodar cuesta abajo por la montaña se va volviendo cada vez más grande en volumen. Y es que, como muchas veces se ha apuntado en otros escritos, las expectativas positivas y/o negativas se alimentan y sobredimensionan a si mismas con el paso de los días.

La situación se ha vuelto realmente más delicada, complicada y con una mayor presión para los EE. UU., pues en estos últimos días ya la opinión pública mundial está exigiendo que se conceda el estatus de REFUGIADOS a estos niños migrantes.



¿Qué y quién es un REFUGIADO?

De acuerdo con la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, se define a éste como una persona que: “Debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de su país; o que careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores no quiera regresar a él.”

La mayoría de las personas puede buscar que su gobierno garantice el respeto a sus derechos fundamentales, así como que se vele por su seguridad física. Sin embargo, es ya un axioma que, en el caso de los refugiados, el país de origen es incapaz o no muestra su disposición de proteger tales derechos.

Para esto, el ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS REFUGIADOS,- ACNUR-, ha recibido el mandato de asegurar que los refugiados sean protegidos en el país de asilo, asistiendo a los gobiernos en la medida de lo posible a cumplir con esta tarea.

El ACNUR no es,- ni pretende ser-, un ente supranacional, por tanto, no puede sustituir la protección inmanente de un Estado. Su papel es asegurarse que los Estados estén al tanto de sus obligaciones para con los refugiados y solicitantes de asilo y acaten dichas obligaciones.

Así, los Estados tienen la obligación de no expulsar ni devolver a los refugiados o solicitantes de asilo a cualquier país donde puedan correr peligro, comprendido,- claro está-, el mismo país del cual huyen.

Los Estados tampoco pueden establecer discriminaciones entre grupos de refugiados. Por el contrario, deben garantizar el acceso de los refugiados a sus derechos económicos y sociales, al menos, en el mismo grado en que los extranjeros residentes en el país así lo hacen.

Finalmente, los Estados tienen la obligación de cooperar con el ACNUR y, por razones humanitarias, deben permitir la admisión de al menos el cónyuge y los hijos dependientes de cualquier persona a quien se le haya reconocido el estatuto de refugiado.

El refugiado tiene derecho de asilo en condiciones de seguridad. Debe recibir al menos la ayuda básica y los mismos derechos que cualquier otro extranjero que sea residente legal. Así, el refugiado tiene derechos civiles básicos, incluyendo la libertad de pensamiento, de movimiento, y el derecho al respeto como persona.

La persona que solicita el estatuto de refugiado necesita establecer INDIVIDUALMENTE que su temor de persecución está bien fundado.

Los refugiados tienen derecho a ser protegidos, pero no hay especificaciones sobre su ubicación. Sin embargo, en interés de la reunificación familiar, los refugiados pueden solicitar el reasentamiento dondequiera que vivan sus familiares más cercanos.

En el caso de los niños migrantes de Centro América, que han cruzado ilegalmente la frontera para ingresar a los EE. UU., el ACNUR ya pidió que cada caso sea revisado individualmente. Una tarea realmente titánica pero que es avalada por el Derecho Internacional, por los Derechos Humanos y por la Comunidad Internacional. ¡Menudo lío para los EE. UU., ¿no?!

Para más INRI, hace unos días, el ACNUR pidió que cada caso de los niños centroamericanos que cruzaron solos e indocumentados a EE. UU., sea revisado individualmente antes de efectuar la deportación.

“Hay que preguntarle a cada uno por qué salió de su país de origen. En los 55,000 niños no acompañados que llegaron desde Octubre a Estados Unidos, existen muchos perfiles diferentes”, dijo el representante adjunto del ACNUR en Colombia, Martin Gottwald, durante un acto conmemorativo en Bogotá por el 30 aniversario de la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados.

“Si soy un niño en Honduras, voy al colegio y me está disparando un grupo criminal, (...) en ese caso estoy sufriendo persecución y merezco el estatus de refugiado”, dijo. “Si vengo de un área rural viajo para reunificarme con mis papás, que se fueron hace 15 años a EE.UU., soy migrante”.

Estas declaraciones vienen a raíz de la posibilidad de acelerar las deportaciones de los niños inmigrantes. El debate gira en torno a la petición urgente del presidente Obama al Congreso de US$3,700 millones para hacer frente a esta situación.

Por su parte, la ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS,- ONU-, está demandando y pidiendo el estatus de refugiados para los migrantes centroamericanos. La ONU realiza gestiones para que los centroamericanos que abandonan sus países con destino a EE. UU., sean tratados como refugiados desplazados por un conflicto armado, debido a la violencia que se vive en México y Centro América. Mientras tanto, organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes presentaron hace unos días, una demanda contra el Gobierno de EE. UU., precisamente por ignorar los derechos legales de los menores que se enfrentan al proceso de deportación.


Por su parte, el Papa Francisco, ha puesto más presión al Gobierno de los EE. UU., al abogar por los niños migrantes y ha pedido a los países involucrados que atiendan esta crisis humanitaria.

El Pontífice ha sido categórico: “Tal emergencia humanitaria reclama, como primera medida de urgencia, proteger y acoger debidamente a estos menores.”

En el Coloquio México – Santa Sede sobre Migración y Desarrollo, realizado en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, dijo que para resolver la crisis migratoria no es suficiente el uso de las fuerzas de seguridad, con medidas legislativas o adoptando “políticas públicas por buenas que sean”.

Afirmó que la solución pasa por una transformación cultural y social, y el paso de una “cultura de la cerrazón” a una cultura “de la acogida y el encuentro” frente a los migrantes. Agregó que es un error no reconocer las aportaciones sociales y económicas de los migrantes.

El Papa Francisco llama a proteger a los menores que huyen de la violencia y están desprotegidos. También ha traído a la memoria que, muchos de los migrantes a lo largo de su travesía “mueren, muchos de sus derechos son violados, se ven obligados a separarse de sus familias y siguen siendo sometidos a manifestaciones de racismo y xenofobia”.

Llamó a cambiar la visión de los migrantes y los refugiados para “pasar de una visión defensiva y de miedo, desinterés y marginación que se corresponden con la cultura del descarte, a una cultura del encuentro, la única capaz de construir un mundo más justo”.

En cambio los países que saben ver a los migrantes como generadores de riqueza “que hacen los pertinentes esfuerzos por integrar a los emigrantes, dan un mensaje inequívoco de solidez y garantía, que en sí, genera un progreso aún mayor”, dijo.

Una sociedad más justa y solidaria “reconoce el valor de la movilidad humana y no se cierra en sí misma, sino que está dispuesta a la acogida y a dejar espacios abiertos”.

Es fundamental que los Estados permitan la acción de la sociedad civil que trabaja en la protección de los derechos humanos de los migrantes, señaló.

Parece existir en la Administración Obama, una “falsa dicotomía” entre el criterio de seguridad interna de los EE. UU. y el criterio de seguridad a la que tienen derecho los migrantes.

No hay que olvidar que, los padres fundadores de EE. UU. dijeron en su momento, “que las personas del mundo vengan a esta tierra bendita, que es los Estados Unidos”. En realidad no se puede decir a ciencia cierta en qué momento se ha perdido esa visión original.

Imagine por un instante el lector, lo que sería estar obligado a vivir separado de sus hijos durante años, cómo le ha sucedido a miles de familias centroamericanas.

Defensores de los inmigrantes han pedido al Presidente Obama, atender las necesidades humanitarias, mientras que los republicanos en el Congreso han culpado de la crisis a las políticas de inmigración de Obama y le han pedido asegurar la frontera.

El gobierno de Obama ha insistido en que los niños centroamericanos que cruzan la frontera de manera ilegal serán enviados a casa y dijo que aceleraría la deportación.

Sin embargo, la Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Gabriela Cuevas, anunció que el Senado impulsa una reforma para proteger a los niños migrantes centroamericanos, a quienes se les darían “documentos de manera cautelar como visitantes por razones humanitarias, por un periodo que no excederá de los cuatro meses”.

Recientemente se ha visto dantescas fotografías de los sitios que se está habilitando para recibir más y más niños refugiados en trámite para su deportación en los EE. UU. Son modernos campos de concentración, a modo de gigantescas jaulas para aves, dentro de las cuales se da “alojamiento” a los ilegales niños migrantes centroamericanos, supuestamente para protegerles, pero en  realidad hacinándoseles y tratándoseles como delincuentes.

Una gigantesca campaña publicitaria para que ya no se siga enviando niños para los EE. UU. se comienza a desplegar en la prensa escrita, radio y televisión en El Salvador, Honduras y Guatemala. ¡¿Servirá ello de algo?! ¡La respuesta es obvia!

Pareciera ser que, el moderno Flautista de Hamelin no es nadie más ni menos que el mismo Tío Sam,- Uncle SAm-, de complexión muy esbelta y delgada, de gran estatura, con una bellísima flauta de oro en las manos, puesta en su boca y que por un extraño sortilegio, no encuentra la manera de dejar de tocar la dulce tonada y sigue, atrayendo a miles y miles de niños centroamericanos en una forma imparable.

¡Parece ser que, EE. UU., un país de inmigrantes ilegales desde su inicio,- ningún colono tramitó en su momento papeles ante las naciones indígenas locales para radicarse en estas tierras del Nuevo Mundo-, ha encontrado la horma de su zapato y a regañadientes deberá botar el muro que se ha empeñado en construir en estas últimas décadas!

¡En su momento EE. UU. pidió la caída del Muro de Berlín, mismo que era una vergüenza para la humanidad! ¡Hoy el mundo demanda a EE. UU. la caída del muro que esta nación ha levantado para mantener lejos al resto de América! ¡La historia es repetitiva y se vuelve a vivir una y otra vez!

¡Pareciera ser que, estos niños de Centro América están haciendo verdadera historia y acabarán por recuperar lo que corresponde históricamente al patio trasero de EE. UU., lo que corresponde verdaderamente al Sur!

¡Las tendencias históricas no pueden ser revertidas y esta es una lección que la Historia deja muy en claro!

A juicio propio, todo lo anteriormente expuesto, es algo inconcuso y no hay forma de evanescerlo.

En la base de la Estatua de la Libertad, está inscrito, en una placa de bronce, el final del soneto de la poetisa estadounidense Emma Lazarus,- “El nuevo Coloso”-, del cual se extrae el siguiente verso traducido así:

“……………
¡Dadme a vuestros rendidos, a vuestros pobres
Vuestras masas hacinadas anhelando respirar en libertad
El desamparado desecho de vuestras rebosantes playas
Enviadme a estos, los desamparados, sacudidos por las
tempestades a mí.
¡Yo elevo mi faro detrás de la puerta dorada!"



¡Saque el lector sus propias conclusiones!



VIE 25 JUL 14

1 comentario:

  1. Roberto, este tema en lo particular me da mucha tristeza, el saber que en mis manos no esta mas que rezar por estas criaturas que están a la deriva, sin alimento, techo y el amor de sus padres. Me gustó mucho su nota sobre este tema, ya que me ha aclarado varias dudas que dejan los noticieros, a veces no explican bien el significado de ser un "migrante", "refugiado", y los derechos que ellos tienen como tal. Lo felicito por tan buena publicación !

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