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domingo, 24 de julio de 2022

VIDA DESPUES DEL IMPERIO

 


BUQUES IRANIES EN EL GOLFO PERSICO


Con la seguridad de no incurrir en yerro, todas las personas se cuestionan si hay vida después de la muerte, incluso muchas lo llaman “vida después de la vida”, “vida futura”, “existencia post-mortem”, “vida en el más allá” o “vida eterna”. También muchos piensan que una vez ocurrida la muerte, todo cesa y no hay absolutamente nada más.

 

Algo parecido podría estar aconteciendo con el relevo en el liderazgo del mundo actual, en el que aún muchos creen que solamente puede haber un futuro del lado de Occidente, caso contrario, la humanidad se perdería irremisiblemente en el más absoluto caos, pues nadie más que el bando occidental del planeta tiene la capacidad para conducir, por las buenas o las malas, al resto de la humanidad por el “buen y justo sendero”.

 

Según la idea que se ha pretendido vender desde Occidente, un mundo que no sea liderado por éste es inconcebible e inviable pues cualesquiera otra opción a la situación que se había venido viviendo hasta hace unos cuantos años, es imposible. ¡Permitir un mundo multipolar solamente acarrearía un desorden ingobernable!

Pero, ¿es posible una “vida después del imperio”?

 

En la época del recordado veneciano Marco Polo,- 1254–1324-, se dijo que todo lo que éste narraba sobre los viajes que él, su padre y su tío habían realizado, era falso, puras mentiras, porque “bien era sabido” que, después de los Montes Urales, no existía más que brumas y el Purgatorio y por tanto era una osadía, pena de anatema, viajar a esas tierras. Por supuesto, los que eso aseveraban sí sabían que todo eso era falso y que había otra civilización que vivía a su modo, feliz, y con otras creencias religiosas y no pasaba nada.

 

Marco Polo había tenido el atrevimiento de viajar a Oriente, y sirvió al gobernante mongol Kubilai Khan, entre los años 1275 y 1292, aproximadamente. Sus aventuras, descripciones de los pueblos, lugares y sus costumbres son relatadas en los escritos “Los viajes”. La obra causó sensación y fué uno de los principales factores en la creación de una imagen duradera en las mentes europeas de que China era una tierra fabulosa en riqueza y exótica, casi demasiado fantástica para ser creíble.

 

En su lecho de muerte, a Marco Polo se le pidió que dijera que todo lo que él había narrado y escrito era una mentira, pero éste agregó que, lo que había narrado era una ínfima parte de las maravillas que había visto.

 

La verdad es que, para esos “nobles” detractores de Marco Polo, el daño causado al poder imperante en Europa, fué realmente fuerte.

 

En la actualidad, en Occidente se ha creado la ORGANIZACIÓN DEL TRATADO DEL ATLÁNTICO NORTE,- OTAN-, desde la época de la guerra fría, precisamente para evitar el avance soviético sobre el resto del mundo. ¡El resto de la historia es harto conocida!

 

Hoy en día, la OTAN cuenta con 29 países miembros: Albania, Alemania, Bélgica, Bulgaria, Canadá, Chequia, Croacia, Dinamarca, Estados Unidos de América, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Montenegro, Noruega, Países Bajos, Polonia y Portugal.

 

Tras la invasión rusa a Ucrania, misma llamada eufemísticamente “OPERACIÓN MILITAR ESPECIAL”, los miembros de la OTAN, han impuesto más de seis mil sanciones a Rusia. El problema grande que se está dando ahora es que, parece ser que Rusia sabe cómo brindar certeros contragolpes a Europa, precisamente con el gas que ésta precisa para su modo de vida y que tiene su origen precisamente en las tierras de la nación invasora.

 

Pero, ¿la UNIÓN EUROPEA,- UE-, y la OTAN están tan cohesionadas como se ha pretendido dar a entender?

 

En forma sucinta: Caso Canadá y Alemania.

 

En estos últimos días, Rusia ha disminuido drásticamente el envío de gas a Alemania y a otros países europeos, pretexto que hay una turbina que necesita reparación en el gasoducto que abastece a estas naciones. Dicha turbina ha sido reparada en Canadá, pero enviarla a Rusia implicaría un incumplimiento de las sanciones impuestas a Rusia, además de una humillación clara de un miembro de la OTAN. Entonces, Canadá la envía a Alemania para que sea ésta quien la entregue a Rusia, pague las multas por incumplir las sanciones y públicamente aparezca como la única humillada al enviar a Rusia la turbina en comento.

 

¡Ah!, pero ya advirtió Rusia que, es muy probable que se necesite reparar más turbinas por lo cual el suministro podría no ser el mejor. Además, propone concluir la nueva línea en construcción del NordStream 2. ¡Parece que sí sabe cómo golpear a Occidente!

 

Y, ¿el caso de Turquía?

 

Por su parte, es de todos bien sabido por ser hecho notorio, que Turquía ha buscado la forma de mantener una postura casi neutral aunque muy cercana a Moscú en este conflicto militar.

 

Hasta se ha llegado al punto que Rusia está estrechando lazos con Irán y Turquía, a pesar de las sanciones con las que la alianza amenaza a ésta por este comportamiento.

 

Hay que recordar el intento de golpe de estado en contra del presidente turco Recep Tayyip Erdoğan en el año 2016, patrocinado desde Occidente. Esto no lo olvida Erdoğan, quien sabe que las amenazas externas en realidad no le vienen de Rusia.

 

Es cierto que Turquía, se ha enfrentado a Rusia en conflictos violentos en Azerbaiyán, Libia y Siria. Pero Ankara no ha impuesto sanciones sobre el Kremlin, lo que la convierte en una socia crucial para Moscú.

 

Turquía, aquejada por una inflación disparada y una rápida depreciación de su moneda, también depende del mercado ruso y espera con los brazos abiertos a los miles de turistas rusos que este año no habrán de visitar Europa.

 

¿Qué está haciendo Hungría?

 

Parece ser que toda la situación de la UE se está convirtiendo en algo así como un “sálvese quien pueda”. La verdad es que, los gobiernos de cada país tienen que velar por los votos de su electorado y no pueden sacrificar a sus pueblos con un invierno venidero más frío de lo normal por la falta de gas ruso. Los pueblos europeos, a fín de cuentas, parecen estar entendiendo que, ponerse del lado de Ucrania, sancionando a Rusia, les implica sacar dinero de los propios bolsillos de sus familias, solamente para que otro siga siendo líder único en el mundo.

 

Hace un par de días, Hungría, por medio de su Ministro de Relaciones Exteriores, Péter Szijjártó, ha corrido apresuradamente a tocar la puerta a Moscú, buscando una forma de garantizar la seguridad energética de su país, viéndose en la necesidad de solicitar con ese fin un suministro de 700 millones de metros cúbicos de gas adicionales, precisamente en momentos en los que la UE se esfuerza por reducir su dependencia del gas ruso.

 

“El Gobierno húngaro tomó la decisión de comprar 700 millones de metros cúbicos adicionales de gas para garantizar la seguridad del suministro energético del país”, declaró en Moscú, Szijjártó, en una rueda de prensa con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.

 

El jefe de la diplomacia húngara tuvo que reconocer que, “Europa enfrenta actualmente problemas de abastecimiento de recursos energéticos”, pero a la vez aseguró que “el Gobierno húngaro está obligado a garantizar, aún en estas condiciones, el suministro de energía del país”.

 

Continuó Szijjártó: “Esto implica que los húngaros puedan cocinar, que tengan agua caliente y puedan usar la calefacción cuando eso sea necesario, que la industria húngara pueda funcionar y los húngaros no pierdan sus empleos.” ¡Pragmatismo puro!

 

En ese sentido, afirmó que “nos guste o no”, es imposible adquirir la cantidad de gas que requiere Hungría sin acudir a los suministros rusos.

 

“Se puede soñar o inflar globos pero la realidad es que sin las fuentes rusas es simplemente imposible adquirir esta cantidad de gas adicional en Europa”, añadió.

 

“Todos saben perfectamente que los acuerdos económicos no funcionan sin acuerdos políticos. Por ello mi objetivo aquí es lograr que las negociaciones se lleven a cabo cuanto antes y que el suministro arranque lo más pronto posible, porque el tiempo apremia ya que el 15 de Octubre comienza la temporada de invierno”, continuó diciendo.

 

Por su parte, Lavrov confirmó que su colega expresó: “Esta solicitud será trasladada (a dirigentes rusos) y estudiada inmediatamente”. ¡En realidad Rusia no es la apresurada ni apremiada y sabe de sobra donde aprieta el zapato a las naciones europeas!

 

El jefe de la diplomacia rusa aprovechó para arremeter contra “la política francamente rusófoba” de Occidente, a la que acusó de obstaculizar la cooperación práctica entre los países y de “incrementar inconteniblemente las sanciones sin analizar racionalmente las consecuencias para sus propios países”.

 

“No estamos interesados en que este tipo de cosas obstaculicen nuestra cooperación. Y buscaremos y encontraremos soluciones que harán nuestra interacción en todas las ramas más independiente de este tipo de caprichos e intentos de castigo”, afirmó Lavrov. ¿En serio?

 

Y la lista continúa, pues Grecia parece también querer desmarcarse del apoyo que de ella se exige en la OTAN en contra de Rusia. Ante esto, Ucrania ha amenazado con imponer sanciones a Grecia por las actividades de sus empresas en Rusia, informó el periódico Vima.

 

“Hace unos días se envió una nota diplomática ucraniana al Ministerio de Exteriores de Grecia, a través de la cual se piden aclaraciones sobre siete empresas griegas que operan en Rusia”, publicó el medio.

 

Las actividades de estas empresas, según el diario, no están cubiertas por las sanciones impuestas a Rusia a nivel de la UE, tras el inicio de la operación militar rusa en Ucrania. ¡Hecha la ley, hecha la trampa!

 

“A pesar de ello, Ucrania amenazó con imponer sanciones a Grecia, un país que la ha apoyado de manera directa, plena y clara, con el envío de armas y ayuda humanitaria, con la acogida de refugiados, con la adopción de sanciones contra Rusia”, indicó. ¡Ucrania parece hacer las veces de un limosnero con garrote!

 

También señaló que el embajador de Ucrania en Atenas, Serguéi Shutenko, fué convocado al Ministerio de Exteriores griego, donde “recibió comentarios muy duros”.

 

“Shutenko, según la información, afirmaba que envió la nota respectiva a petición de su país sin tener suficientes explicaciones sobre las fuentes de información de las actividades de las empresas griegas”, comunicó. Según el medio, Kiev envía notas a la Cancillería griega casi a diario.

 

Altos funcionarios diplomáticos declararon al periódico que una serie de peticiones ucranianas causaron preocupación y descontento en Atenas, porque, según ellos, Kiev parece haber perdido toda la medida de lo que pide y cómo. ¡Cuando el pánico cunde la gente no piensa!

 

Finalmente, parece ser que Arabia Saudita, India, Irán, Turquía y China entre otros países, están surgiendo como nuevos beneficiados, aliados y muy fortalecidos con toda esta situación.

 

Pero, ¿quién tiene la culpa de toda esta debacle?

 

En su momento, a pocos días de la invasión, el papa Francisco ha dicho que los “ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia” quizás llevaron al presidente ruso, Vladímir Putin, a reaccionar mal y desencadenar el conflicto. “Una ira que no sé decir si fué provocada, pero facilitada quizás sí”, reflexionó el Pontífice durante una entrevista con el Corriere della Sera.

 

Luego de esas declaraciones, el papa Francisco pidió en varias ocasiones, ser recibido en Moscú para reunirse con Putin y pedirle que detuviera la guerra en Ucrania. Por supuesto, esa reunión era impensable para Putin y la misma jamás se realizó.

 

¿Las sanciones de Occidente a Rusia pueden haber sido, en la realidad, un disparo en el pié?

 

Para cerrar, de nuevo la pregunta: ¿Hay vida después del imperio?

 

 

 

¡Saque el lector sus propias conclusiones!

 

 

 

José Roberto Campos hijo

DOM 24 JUL 22