VLADIMIR PUTIN
PRESIDENTE DE RUSIA
En
la película del año 1964, del afamado director Stanley Kubrik, “Doctor
Strangelove” – “Doctor Insólito”, en español latino – luego que un general de
la fuerza aérea de los ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA – EE. UU. – ha enloquecido y ordenado un ataque nuclear contra la UNIÓN DE REPÚBLICAS SOCIALISTAS SOVIÉTICAS
– URSS – por parte de su escuadrón de aviones B–52, se suicida. Al morir se
lleva consigo la clave secreta para hacer regresar las aeronaves. Tras muchas
peripecias, otro militar logra descifrar dicho código con lo cual todos los
aviones, a excepción de uno dañado en su sistema de comunicaciones por un misil
soviético, regresan a su base.
El
avión que no regresa sigue rumbo y cambia su objetivo por falta de combustible,
lo cual lo hace imposible de ubicar para su derribo y así evitar que lance sus
bombas nucleares sobre el territorio soviético.
De
urgencia, el embajador soviético es llamado a una reunión con el presidente de EE. UU. y la alta jerarquía militar
estadounidense, para ponerlo en autos de lo que sucede. En el ir y venir de la
situación crítica, el embajador soviético manifiesta – luego de una
conversación telefónica con el premier soviético – que, si se da el caso que un
artefacto nuclear caiga sobre territorio de la URSS, se activará el “Dispositivo
del fín del mundo”, con lo que sobrevendrá una destrucción mutua asegurada.
Para colmo de colmos, dicha máquina no puede ser desconectada. Nunca antes se
había mencionado la existencia de un sistema así pensado, porque – según el
embajador – no era necesario decirlo si EE.
UU. no pensaba atacar a la URSS.
El
avión que no logra ser detenido, a pesar de varias vicisitudes y valladares, gracias
a la tenacidad de su piloto comandante, logra lanzar una primera bomba nuclear
sobre la URSS…
El
final del film brinda las imágenes de una serie de explosiones nucleares debido
a la respuesta soviética automática – ¡La Caja (el Pithos) de Pandora ha sido
abierta –. La melodiosa voz de Vera Lynn, entonando la bella y dulce canción
“We’ll meet again” – “Nos veremos de nuevo”, éxito de 1939 – es escuchada
acompañando estas impresionantes imágenes, aunque la letra parece una mera y grotesca
ironía pues la misma destila un mensaje de optimismo y fe en el reencuentro. Aunque
la guerra separa seres queridos, la canción sugiere que, a pesar de las
adversidades, el reencuentro en un futuro está asegurado – ¡! – .
En estos últimos días, la guerra de UCRANIA
ha entrado en una nueva fase desde que su presidente Wolodimir Zelenski, fue “autorizado”
por el presidente de EE. UU., Joseph
Robinette Biden Jr. para utilizar misiles de largo alcance contra la FEDERACIÓN RUSA.
De nuevo, el mundo ha contenido la respiración y la respuesta rusa no se
ha hecho esperar: en la madrugada del pasado día 21 de Noviembre, un misil por
primera vez visto en una guerra, ha caído sobre la ciudad ucraniana de Dniéper. RUSIA
avisó con 30 minutos de antelación a EE. UU., porque a fín de cuentas dicha
arma es imparable por volar a 10 veces la velocidad del sonido y para que no
fuera confundido con un ataque nuclear. ¡No había forma alguna de detenerlo!
El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que este ataque se
llevó a cabo mediante “un nuevo misil convencional de alcance intermedio” con
el nombre en código “Oreshnik” –
“Avellano”, en español – que puede portar seis ojivas nucleares. En el caso en
comento, el misil portaba solamente explosivos convencionales. Una cosa sí es
cierta, occidente lo está pensando ahora mejor – por el bien de la humanidad –
y ya el nuevo Secretario de la ORGANIZACIÓN DEL TRATADO DEL ATLÁNTICO NORTE
– OTAN – el neerlandés Mark Rutte, se reunió hace dos semanas con el
presidente electo de EE. UU., Donald Trump, en la residencia de éste en
Mar-a-Lago, Florida. La pregunta ahora es, ¿a quién obedecerá ahora la OTAN?
¿A Biden o a Trump? ¡La pregunta no necesita respuesta por obvia!
Trayendo de nuevo la trama de “Doctor
Strangelove”, la existencia del “SISTEMA DE LA MANO MUERTA” no ha sido admitida por RUSIA, pero se ha vuelto secreto a
voces, como aquello que ISRAEL nunca
ha confirmado que posee bombas nucleares. MANO
MUERTA se puede definir como un sistema de defensa que garantiza la
destrucción mutua – ¿El mismo “DISPOSITIVO
DEL FÍN DEL MUNDO” de la película arriba aludida? – que funciona como un
botón de pánico definitivo.
Se dice que este sistema ruso, es conocido oficialmente como “PERIMETER”. Un mecanismo casi automático
que promete una represalia nuclear apocalíptica, incluso si todos los líderes
del Kremlin han sido eliminados. Está diseñado para activarse si detecta
explosiones nucleares en territorio ruso y no recibe señales de vida del alto
mando, lanzando un misil de comando. Pero este misil no lleva bombas; lleva
órdenes. Desde el aire, coordina un ataque masivo activando todos los misiles
nucleares que RUSIA aún tenga
operativos en ese momento. ¡Sería el último grito de un país herido, asegurando
que si cae, se lleva a todos consigo!
Parece ser que el ego de aquél que fue apartado de la contienda política
hace unos meses, está muy lastimado y sensible, razón por la cual se ha dejado
mal aconsejar y guiar inadecuadamente por quienes le rodean, sin importarle que
puede estar llevando a la hecatombe nuclear a la humanidad toda. ¡Aunque en
realidad muchos opinan que no es él quien manda ni toma las decisiones!
De todo, PERIMETER no sería solamente
una máquina de destrucción; es también una máquina de poder que busca garantizar
represalias, y que ahora viene a convertirse en una verdadera amenaza
psicológica. ¡Una carta que RUSIA
juega para disuadir a sus enemigos de cualquier movimiento precipitado!
Todos
están de acuerdo en que occidente y Zelenski buscan a toda costa, en una forma desenfrenada
y desesperada, una confrontación global contra RUSIA, un conflicto que le haga imposible a la nueva administración
de Trump “detener la guerra en 24 horas” – como éste lo ha prometido en su
pasada campaña electoral – a partir del próximo 20 de Enero del año próximo.
Sin
embargo, otro secreto a voces es que, en estos momentos ya las negociaciones
entre Trump y Putin están bastante avanzadas en lo que respecta a la paz en UCRANIA. Por supuesto, en ellas no
importa lo que el guiñol ucraniano opine.
El
anterior acápite lleva a recordar lo acontecido en el ahora distante 3 de
Noviembre de 1903, cuando se proclamó la “independencia” de PANAMÁ de COLOMBIA, siendo la causa radical el hecho que esta nación no había
llegado a un acuerdo con EE. UU., para
la construcción de un canal interoceánico en la región panameña por cuenta y
cargo estadounidense.
La
simpática anécdota histórica – si puede ser llamada así – es que para la
construcción del canal, se suscribió el Tratado Hay-Bunau Varilla, el 18 del
mismo mes y año. Los representantes fueron, Philippe-Jean Bunau-Varilla –
nombrado en forma apresurada como “Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario”
ante el gobierno estadounidense, con plenos poderes para negociaciones
políticas y financieras – por el gobierno panameño, y John Milton Hay,
por EE. UU. La sorpresa y desencanto
de Bunau Varilla y de su delegación panameña fue mayúscula, pues los panameños pensaban
– ilusoria e ingenuamente – que habían llegado a Washington, D. C. a negociar
un convenio. ¡Bunau-Varilla simplemente llegó a firmar!
Pues
bien, en una forma parecida, el ucraniano Zelenski, demanda, gritando a todo
pulmón que, no se puede negociar sin que se tome en cuenta a UCRANIA. Él ha olvidado que es una
simple marioneta y que firmará lo que EE.
UU. y RUSIA acuerden. ¡También
se habla ya de un exilio dorado de Zelenski en Inglaterra!
Como
párrafo grotesco, hay un estribillo que se ha hecho muy popular en esta guerra,
mismo que reza: “!En esta guerra, occidente está dispuesto a pelear hasta el
último ucraniano en contra de RUSIA!”
Muy
cierto, pues lo anterior se ve reflejado al momento en que a occidente no le ha
temblado el pulso con su última disposición en la que se ha “recomendado” a UCRANIA que baje la edad de conscripción
a 18 años. La memoria conduce a recordar a ALEMANIA
en la Segunda Guerra Mundial, cuando al final de la guerra comenzó a enlistar
hasta niños de 12 años.
Es
muy probable que UCRANIA también sea
alimento de otros buitres europeos tras su caída en esta guerra. No hay que
olvidar que POLONIA, RUMANIA, HUNGRIA, MOLDAVIA
y hasta BIELORUSIA tienen reclamos
territoriales pendientes contra aquélla tras la Segunda Guerra Mundial.
A
modo de epílogo: como ya se ha mencionado en anteriores escritos, todo imperio,
al igual que todo ser vivo, nace, crece, se reproduce – expande y crece – y
finalmente muere, trayendo consigo un ineluctable e inexorable resquebrajamiento.
Y
así como ahora en día, el desarrollo de los nuevos productos se ha vuelto más
corto desde su concepción, creación y lanzamiento al mercado, los imperios han
visto también como su vida “útil” y de existencia se ha venido acortando.
El
penúltimo de los imperios que la actual generación ha visto caer, fue el de la URSSS – mismo que solamente logró vivir
69 años – 30 Diciembre 1922 a 26 Diciembre 1991 –.
Todo
imperio – todo imperio sin excepción – al colapsar acaba también
resquebrajándose, fraccionándose y partiéndose. No hay en la historia un tan
solo imperio que no haya obedecido esta repetitiva ley histórica. Se puede
citar ejemplos como el Otomano, Persia, el Austro-Húngaro, Mongolia, Roma,
España, Inglaterra, etc. ¡La lista parece ser un numerus apertus!
Un
par de preguntas que deben ser formuladas ahora por la humanidad son las
relativas al último imperio que acaba de caer, o dicho en una forma
eufemística, el último imperio que está cayendo: ¿En cuántas partes habrá de
desmembrarse? Y, ¿cuándo acontecerá?
En
una forma simplista, se ve que hay tres polos de desarrollo muy marcados en
dicho imperio: uno en el sector sur-oeste, otro en el sector sur-este y otro en
el sector nor-este.
Infortunadamente,
¡Graham Allison sigue cobrando relevancia con su famoso concepto de la Trampa
de Tucídides!
Y…
quizás… ¡RUSIA está sacando las
castañas del fuego para CHINA!
¡Saque
el lector sus propias conclusiones!
José
Roberto Campos hijo
DOM
08 DIC 24
¡Gracias
por leer y compartir!
Su reflexión sobre las complejas interacciones entre Rusia, Ucrania y Occidente es profundamente reveladora. Observamos cómo el conflicto actual no solo pone de manifiesto la fragilidad de las relaciones diplomáticas, sino que también crea un contexto en el que China puede fortalecer su posición en el escenario internacional. A medida que Rusia se enfrenta a crecientes desafíos internos y externos, es esencial considerar las repercusiones de su estrategia en relación con un actor tan significativo como China. La historia nos ha enseñado que los cambios en el equilibrio de poder pueden tener consecuencias duraderas, y este momento podría ser un punto de inflexión que defina no solo el futuro de Europa del Este, sino también la arquitectura geopolítica global en las próximas décadas. Es imprescindible que, como comunidad internacional, prestemos atención a estas dinámicas en evolución y evaluemos sus posibles impactos en la paz y la estabilidad mundial.
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