El
famoso autor doctrinario de Derecho, Manuel Ossorio, brinda,- entre otras-, una
importante definición para la comprensión del presente escrito.
“Protectorado internacional
Parte de soberanía que un Estado ejerce,
señaladamente sobre relaciones exteriores, en territorio que no ha sido
incorporado plenamente al de su nación y en el cual existen autoridades propias
de los pueblos autóctonos. | Territorio en el que se ejerce esa soberanía
compartida.
Los Estados sujetos a protectorado se clasifican
entre los Estados semisoberanos. El régimen de protectorado se
constituye de dos modos: por convenio entre el Estado protector y el protegido,
o por decisión unilateral de la potencia protectora, que se impone por la
fuerza al Estado protegido.
Damianovich
Oliveira lo define como la asociación establecida entre un Estado y una
comunidad semicivilizada o salvaje, merced a la cual el primero obtiene de la
segunda determinadas ventajas políticas o comerciales, a cambio de una
protección que le brinda. Es, para unos autores, una forma de penetración
pacífica (Antokoletz), y para otros un modo de extender la influencia política
y económica.”
De
esta forma, los Estados Unidos de América, tienen bajo su soberanía, varios
territorios que constituyen en la realidad meros protectorados, entre los
cuales se puede citar: Puerto Rico,- el más famoso y emblemático-, Guam, Islas
Vírgenes USA, y otros pequeños territorios por ahí.
Es
de reconocer que, El Salvador, ha sido en los últimos años, muy leal y servil
con el Gobierno Federal, lo cual le ha llevado a ganar un sitial de honor en la
América Latina con éste. Se han enviado tropas y personal de apoyo a Afganistán
e Irak, todo para mantener la buenas relaciones con los EE. UU. ¡Y la verdad es
que ha funcionado!
Por
otra parte, no hay que olvidar que, en los albores de la disolución de la
República Federal de Centro América, el mismo Manuel José Arce Fagoaga,- primer
presidente federal de Centro América-, ante la inminente invasión del Imperio
Mexicano, para anexar las Repúblicas Centroamericanas a aquel imperio, corre a
Washington, D. C. a proponer la anexión de El Salvador a los Estados Unidos de
América.
No
queda claro el por qué los EE. UU. no aceptan la anexión, a pesar que hubo una
muy buena acogida a la visita de Arce al país del norte.
De
una cosa sí estaba convencido Arce: El Estado de El Salvador realmente no tenía
un futuro promisorio como nación “independiente”. Arce solamente creía en un El
Salvador como parte de un ente federal mayor. ¡Visionario! ¡¿No?!
Así,
el Estado de El Salvador, desde sus inicios como nación “independiente”,- léase
bien-, jamás se puede decir que ha gozado de soberanía. ¡Y esto es una verdad
plenamente demostrada!
Regresando
ahora al tema que atañe:
Hace
unos cuatro días, un grupo de personas,- estadounidenses y salvadoreños-, se
han reunido en las afueras de la Embajada de los Estados Unidos de América en
San Salvador, precisamente para protestar por el atraso en la firma y
suscripción del FOMILENIO II, mismo que consiste en un convenio de donación de
cerca de US$265 millones de parte del Gobierno Federal y una contraparte mucho
menor por parte del Gobierno del Estado de El Salvador, para inversión
básicamente en el litoral salvadoreño.
Entre
los reclamos de los asistentes, se escuchaban argumentos tales como:
·
“No se puede estar imponiendo más
condiciones humillantes a El Salvador para firmar este nuevo convenio.”
·
“Lo que está por dar el Gobierno de
los Estados Unidos es una limosna.”
Y
otros por el estilo.
A
decir verdad, un país que funciona en la realidad como un Protectorado, no
puede estar imponiendo condiciones a su Protector para que le entregue ayuda.
Si
al Estado de El Salvador no le conviene o cree que las condiciones para dicha
ayuda son humillantes, pues que busque otra fuente de donantes para obtener
dichos fondos.
Pero,
que quede claro, el Protector SI puede imponer las condiciones que le plazcan
para otorgar su ayuda.
Dos
frases del refranero popular se pueden mencionar acá:
·
“Quien paga los músicos (mariachis)
pide la música.” Así, si el Gobierno Federal aporta los fondos, puede imponer
las condiciones que convengan a sus intereses para desembolsar el dinero
ofrecido.
·
“Mendigo y con garrote.” Si el Estado
de El Salvador está pidiendo ayuda, no puede estar éste imponiendo las condiciones para recibirla y exigiendo que se le
entregue a cambio de ninguna condición a ser cumplida.
¡Saque el lector sus propias conclusiones!
DOM 08 JUN 14
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