PRESIDENTE DE FRANCIA, EMMANUEL MACRON
Desde
hace algunas semanas, el presidente francés, Emmanuel Macron, se ha dado a la
tarea de incitar a los demás miembros de la Organización del Tratado del
Atlántico Norte – OTAN – a enviar tropas a Ucrania para defenderla de Rusia.
Pero,
¿quién es Francia y cuál su carta de presentación?
Francia
comenzó a consolidarse como reino y a nacer como potencia militar y colonial, después
de la Guerra de los Cien años – intermitentemente 116 años desde 1337 a 1453 – luego de imponerse sobre Inglaterra.
Ya
convertida en un ente colonialista, comenzó a perder una a una sus colonias, abandonando
Haití el redil el primero de Enero de 1804; sin embargo, años más tarde, Francia
forzó a esta nueva nación a reconocer la Deuda de Independencia de Haití: un
“acuerdo” suscrito entre los dos países en 1825. A cambio del reconocimiento de
Haití por parte de Francia, aquélla pagaría a ésta una indemnización de 150
millones de Francos Oro, para así compensarla por la pérdida de propiedades,
plantaciones y esclavos. Se estima que ello ha costado a la pobre república
caribeña, entre US$21 mil millones a US$115 mil millones anuales de crecimiento
económico por 122 años. ¡Bien conocida es la miseria que aún vive Haití!
Unos
años después, el famoso general francés, Napoleón Bonaparte, luego de varios
triunfos cometió el error de invadir Rusia en 1812.
Éste cruzó el río Niemen, lo cual fue en muchos sentidos el equivalente al
famoso cruce del Rubicón por Julio César, acto por el cual el autor Suetonio
recogió la famosa frase proferida por aquél: “Alea jacta est!”
Esa invasión a Rusia es uno de los desastres militares más
famosos de la historia. De 615,000 tropas francesas y aliadas que cruzaron el río,
menos de 100,000 regresaron tambaleándose medio año después.
Para poner el último clavo en el ataúd, en la Batalla de
Waterloo, el 18 de Junio de 1815, en las proximidades de Waterloo – población
de la actual Bélgica a unos veinte kilómetros al sur de Bruselas – el ejército
francés de Bonaparte se enfrentó a tropas británicas, neerlandesas y alemanas,
dirigidas por el Duque de Wellington y contra el ejército prusiano del Mariscal
de Campo Gebhard von Bluecher. ¡El ejército francés cayó derrotado!
Casi a mediados de 1917, durante la Gran Guerra – Primera
Guerra Mundial de 1914 a 1918 – Estados Unidos de América – EE. UU. – llegó al
rescate de Europa, incluida Francia.
En
la Segunda Guerra Mundial, de nuevo EE. UU. rescató a Europa, incluida Francia.
Lo anterior, en contra del pretendido orgullo del jefe de la resistencia
francesa, general Charles de Gaulle, quien decía para un desembarco aliado en
territorio francés – el famoso Día D – se tenía que contar con su
consentimiento, mismo para el que ponía varias condiciones cual “prima donna”.
El
general estadounidense, Dwight Eisenhower, tuvo que humillar públicamente a de
Gaulle diciéndole frente a varios militares que, no se necesitaba el permiso de
la resistencia francesa y, con o sin el apoyo de ésta, los aliados entrarían a
Francia y si era preciso también los acabarían – a los franceses – como a los
alemanes. Así fue como por “agradecimiento” por la liberación, el “deporte
nacional” de los franceses se volvió hablar mal y con desdén de los
estadounidenses a pesar que ellos dejaron a de Gaulle en el poder.
Y,
¿qué decir de la vergonzosa huida de Francia de Laos, Camboya, Vietnam del Sur
y Vietnam del Norte? Acá tuvo lugar la Guerra de Indochina o Primera Guerra de
Indochina de 1946 a 1954, viéndose obligada Francia a retirarse humillada, excusándose
en la necesidad de concentrar sus fuerzas para evitar la pérdida de Argelia en
África. Y dijo la zorra luego de ver que no podía alcanzar las uvas: “¡Están
verdes!”
Luego
vino para Francia la Guerra de Independencia de Argelia, entre 1954 y 1962, misma
recordada al final como un éxodo masivo de los colonos franceses y del ejército
colonialista.
Eso
sí, como última puntada en África, a partir de 1961 catorce, otrora colonias
francesas, tienen sus reservas financieras “custodiadas” en Francia. ¡Una buena
forma de mantener sometidos a todos estos nuevos países!
Hace
pocos años, el mismo Charles de Gaulle, a la sazón presidente francés, en visita
oficial realizada al Canadá el 24 de Julio de 1967, al asistir a la Exposición
Universal en Montreal, provincia francoparlante de Quebec, tuvo una “genial y
simpática” ocurrencia: mientras se dirigía a una multitud desde un balcón del
ayuntamiento de Montreal, gritó: “Vive Montreal! Vive Quebec!” – no necesita traducción
– y luego de fuertes aplausos, hizo
énfasis gritando aún más fuerte: “Vive le Quebec libre!”. Esta frase era un
slogan muy utilizado por los quebequenses independentistas. El incidente
diplomático que se vino luego con el gobierno anfitrión, conllevó una condena por
parte del entonces primer ministro canadiense Lester Bowles Pearson.
En
Julio del año pasado, los militares de Níger lanzaron del poder al presidente
nacional. Un mes después, el embajador de Francia fue expulsado de esta antigua
colonia francesa. El gobierno francés se negó a aceptar esa orden; sin embargo,
el ejército francés también abandonó su base en Níger en el mes de Diciembre.
Burkina Faso y Mali habían cerrado filas con Níger oponiéndose a una acción
militar de occidente para “restablecer” el orden en esa nación.
Llegando
al tema principal en comento: el envío de tropas a Ucrania…
En
la actualidad, Alemania ha contribuido con cerca de US$22 mil millones con
Ucrania para la guerra contra Rusia, mientras que Francia ha aportado solamente
US$2 mil millones. A pesar de esta disparidad, el presidente francés, Emmanuel
Macron, pretende alzarse como el líder de Europa, muy por encima de Alemania,
algo que ha enfurecido a ésta.
¿Cómo?
Macron
se ha dado a la tarea de vociferar y exigir el envío de tropas de la OTAN a
Ucrania. Ello implicaría un abierto enfrentamiento militar europeo contra
Rusia. Como abanderada y líder, Francia pretende llevar a los europeos en forma
estabulada a una guerra directa contra Rusia, misma a la que considera “una
potencia media”. Macron dice que enviará inicialmente unos veinte mil soldados
franceses a Ucrania, siendo la excusa absolutoria la defensa de Odessa en ese
país.
Además,
Macron demanda a Rusia un cese del fuego en Ucrania mientras duren los Juegos
Olímpicos de Paris 2024 que habrán de celebrarse dentro de cuatro meses. Parece
ser que los franceses son muy dados a las ínfulas y a irse de boca en sus
declaraciones. Una nación que ha gustado históricamente de expoliar y de
fagocitar a los débiles, viene ahora a pretender dar lecciones al mundo. Por
otra parte, el verdadero mandamás de la OTAN, no está muy de acuerdo con
permitir este “liderazgo” francés.
Tras
el atentado terrorista al Crocus City Hall en Moscú, el pasado día Viernes 22
del presente, occidente se apresuró a declarar que Ucrania no tenía nada que
ver con dicha masacre y luego, se ha ofrecido a colaborar en las
investigaciones. Sin embargo, Rusia no ha aceptado este “generoso y
desinteresado” ofrecimiento. Algo está hasta ahora claro: el autor material ha
sido el grupo terrorista del Estado Islámico de Irak y Siria – ISIS, por sus
siglas en inglés – y según Rusia, las investigaciones están apuntando a Ucrania
como autor intelectual, y esta es la conclusión que verdaderamente importa para
determinar el nuevo curso de la guerra. Ahora se espera un pulgar derramado –
pulgar hacia abajo – de parte de Rusia.
Inicialmente,
algunos hasta dijeron que el atentado podría ser infligido por los mismos
rusos, para echar más leña al fuego. Ello lleva a recordar el Incidente de
Mainila, del 26 de Noviembre de 1939, cuando el mismo ejército soviético
disparó contra su propio territorio haciendo blanco en el poblado de Mainila,
al norte de Leningrado y fronterizo con Finlandia. Luego se acusó al país
vecino del ataque y lo demás ya es bien sabido, pues cuatro días después se la
invadió. En 1998, Boris Yeltsin, presidente ruso de entonces, reconoció esta
situación pero se negó a restaurar las fronteras de 1939.
Occidente
se niega a aceptar que Rusia no permitirá una balcanización de su territorio y
antes que eso, las armas nucleares serán utilizadas para preservar su soberanía
e integridad. Macron se ha dado a la tarea de comportarse como todo un gandalla,
haciendo a un lado la famosa “politesse” característica de la lengua de los
galos.
En
la historia reciente, ya alguien, el joven serbiobosnio de apenas diecinueve
años, Gavrilo Princip, demostró que era posible iniciar una Gran Guerra con tan
solo dos disparos, asesinando al archiduque Francisco Fernando de Austria y a
la esposa de éste, la duquesa de Hohenberg, Sofía, en Sarajevo el 28 de Junio
de 1914. ¡Con un disparo a cada uno de ellos, el mundo ardió!
Hasta
ahora, el mundo ha tenido suerte; sin embargo, como lo establece el Corolario
de Farndick: “Si una serie de sucesos puede salir mal, saldrá mal en la peor
secuencia posible.”
Algunos
pequeños miembros de la OTAN están de acuerdo con la propuesta francesa, pero la mayoría y los más
importantes, no. Así, la idea de occidente de aquietar a Macron y colocarlo en
su lugar, guardando su ocurrencia en un documento debidamente imbricado junto con
muchos otros proyectos que no se habrán de realizar jamás, apunta a ser la
mejor. A fín de cuentas, ¡un fósforo basta para incendiar un bosque!
¡Saque
el lector sus propias conclusiones!
¡Gracias
por leer y compartir!
José
Roberto Campos hijo
DOM
31 MAR 24