Antes de entrar en el tema de esencia, es
necesario entender otras definiciones muy relacionadas con la de “Estado Fallido”.
ESTADO CANALLA, ESTADO GAMBERRO O ESTADO
VILLANO:
“Rogue State”,- en
lengua inglesa-, es una expresión peyorativa muy discutida y que se aplica en las
relaciones internacionales a Estados acusados de ser una amenaza a la paz mundial.
Este calificativo se aplica utilizando criterios de difícil verificación en la
práctica, como ser un Estado dominado por un régimen autoritario que restrinja
severamente los derechos humanos, propicie el terrorismo o pretenda producir y
proliferar armas de destrucción masiva.
Este término es muy usado por los Estados
Unidos de América,- EE. UU. o EUA-, aunque también ha sido aplicado por otros
países.
Actualmente, EE. UU. ha catalogado como “Estados
Canallas” a: Cuba, Irán, Sudán, Siria y Corea del Norte. Anteriormente, también
estaban incluidos en dicha lista Afganistán, Irak, Libia y Serbia y Montenegro.
Es de notar que, todos estos países a los que
se aplican dichos calificativos, son realmente opuestos a la voluntad de EE.
UU.
Ronald Reagan usó en alguna ocasión, la
expresión “Outlaw State”,- “Estado Proscrito” o “Estado Forajido”-, esto es, un
Estado literalmente fuera de la Ley. Sin
embargo, durante la presidencia de Bill Clinton,- 1993 – 2001-, el concepto se
definió con más precisión y se acompañó de una primera lista de países: Corea
del Norte, Irak, Irán y Libia, que en primer lugar apareció en un artículo del
Consejero de Seguridad Nacional, Anthony Lake en Foreign Affairs,- 1994-.
En la segunda mitad de la década de 1990, EE.
UU. fué añadiendo a esa lista de Rogue States a Serbia,
Afganistán y Sudán. A partir de la caída de Slobodan Milošević,- 05 OCT
10-, Serbia dejó de incluirse en la lista. Lo mismo se hizo con Afganistán e
Irak, respectivamente, tras el inicio de las invasiones a dichos países en el
2001 y 2003, respectivamente. Libia fue retirada de la lista como resultado de
la aproximación diplomática del régimen del Coronel Gadafi a Occidente, y volvió
a ser incluida al iniciarse la
Rebelión de 2011 y volvió a ser retirada luego de la victoria
de la rebelión-invasión.
En los últimos meses de la administración
Clinton, se anunció que el término dejaría de ser utilizado en Junio del 2000,
siendo sustituido por “Estados Preocupantes”,- “States of Concern”-. Sin
embargo, Bush retomó la expresión Rogue States.
EE. UU. percibe la amenaza de estos países como
justificación de su política exterior e iniciativas militares, así como su
programa de misiles antibalísticos, que mantiene en base a la teoría que estos Estados
no serán disuadidos mediante la “Doctrina Eisenhower”.
La Doctrina Eisenhower,- “Doctrina de Represalias Masivas” o “Doctrina
Dulles”-, es una doctrina geoestratégica y una estrategia nuclear por la cual
un estado se compromete a represalias en contra del enemigo de forma mucho más
contundente en caso de ataque. Esta doctrina, implementada junto a John Foster
Dulles en el contexto de la
Guerra Fría , ponía el énfasis en el uso disuasivo de las
armas nucleares y en la intervención en cualquier conflicto en cualquier parte
del mundo donde se observara la influencia soviética.
Más tarde, al concepto de Estados Canallas se
sumó el de “Eje del Mal”, por George W. Bush durante su discurso del Estado de la Unión de Enero de 2002 para
designar a Irak, Irán y Corea del Norte. Ya en 1983, Ronald Reagan había
denominado a la Unión
Soviética como “Imperio del Mal”.
Por ser EE. UU. el promotor de ambos términos,-
“Estados Canallas” y “Eje del Mal”-, su uso no se percibe como neutral, siendo
fuertemente criticado por los que están en desacuerdo con su política exterior;
argumentando que se refieren meramente a países opuestos u hostiles a EE. UU., sin
suponer necesariamente una amenaza real para la paz. Tanto los gobiernos de los
países afectados,- particularmente Irán-, como algunos intelectuales
occidentales,- principalmente Willi Blum-, han argumentado que el término es
aplicable también a EE. UU. y a uno de sus principales aliados, Israel. Los
conceptos de Estado Canalla y Eje del Mal han sido considerados una mera
justificación del imperialismo y una útil expresión de propaganda por el filósofo
Jacques Derrida y el lingüista Noam Chomsky.
Mientras el término es usado en los medios de
muchos países, sólo ha sido usado oficialmente por el Reino Unido, Ucrania y otros
países occidentales. Sin embargo, la expresión ha sido criticada por Francia,
Rusia y China.
ESTADO PARIA
Un “Estado Paria” es aquél cuya
conducta es considerada fuera de las normas internacionales. El término es usado
casi exclusivamente por EE. UU., refiriéndose a estados hostiles a sus
intereses geoestratégicos y sobre los que pretende imponer un aislamiento
internacional con mayor o menor éxito. Este término se encuentra muy
relacionado con el de “Estado Canalla”.
Harkavy define el
Estado Paria como el caracterizado por un aislamiento diplomático, ausencia de
sensación de seguridad, apoyo de seguridad creíble o relaciones políticas con
estructuras de alianzas de gran poder, y objetivos de oprobio obsesivo e
implacable y la censura en los foros internacionales como las Naciones Unidas. Como
no hay una definición definitiva de Estado Paria, el término ha sido aplicado a
diferentes estados en diferentes momentos y se suele designar a un país como
tal con propósitos políticos.
El término se usa para referirse
a estados que apoyan el terrorismo y persiguen el desarrollo de armas de
destrucción masiva, violando acuerdos internacionales.
Los Estados Canallas se diferencian de los
Estados Paria, como Birmania,- Myanmar-, o Zimbawe en que, aunque cometan
abusos contra los derechos humanos de su población, no son una amenaza tangible
más allá de sus fronteras. No obstante, ambos términos se han usado indistintamente.
ESTADO FALLIDO
El término “Estado Fallido” es empleado para
describir un estado que, ha fallado en la garantía de servicios básicos. El centro
de estudios Fund for Peace, ha propuesto los siguientes parámetros:
·
Pérdida de control físico del territorio, o del monopolio en el
uso de la legítima fuerza.
·
Erosión de la autoridad legítima en la toma de decisiones.
·
Incapacidad para suministrar servicios básicos.
·
Incapacidad para interactuar con otros estados, como miembro
pleno de la comunidad internacional.
Un Estado Fallido se caracteriza por un fracaso
social, político, y económico, teniendo un gobierno tan débil o ineficaz, que
tiene poco control sobre vastas regiones de su territorio, no provee ni puede
proveer servicios básicos, presenta altos niveles de corrupción y de
criminalidad, refugiados y desplazados, así como una marcada degradación
económica. Sin embargo, el grado
de control gubernamental que se necesita, para que un estado no se considere
como fallido, presenta fuertes variaciones.
Estado Fallido es un concepto controvertido,
sobre todo cuando se emplea mediante un argumento de autoridad, y puede tener
notables repercusiones geopolíticas.
El término es muy usado para describir un estado
que se ha hecho ineficaz, teniendo sólo un control nominal sobre su territorio,
en el sentido de tener grupos armados desafiando directamente la autoridad del estado,
no poder hacer cumplir sus leyes debido a las altas tasas de criminalidad, a la
corrupción extrema, a un extenso mercado informal, a una burocracia impenetrable,
a la ineficacia judicial, y a la interferencia militar en la política.
Algunos aclaman la falta de una clara
definición, de lo que se pueda denominar como un Estado Fallido, pero la
respuesta real se puede resumir en la falta de una autoridad unificada e
influyente en todo término y que se considere como representante general y
total de un territorio, donde se agrupan varias etnias.
Se puede decir que un estado tiene “éxito” si,
en los términos de Max Weber, mantiene el monopolio del uso legítimo de la
fuerza dentro de sus fronteras. Cuando no se da esta condición,- cuando dominan
el panorama los señores de la guerra, los grupos paramilitares, y/o se
presentan sistemáticas acciones terroristas-, la existencia misma del estado
resulta dudosa y se considera que existe un Estado Fallido.
Existen serias dificultades a la hora de
determinar un Estado Fallido, pues no existe, por ejemplo, unanimidad sobre lo
que es el “monopolio del uso legítimo de la fuerza”, comenzando por las
complejas cuestiones subyacentes a la definición de “legítimo”.
El término también se emplea para referirse a
un estado no efectivo, y no capaz de aplicar sus leyes de manera uniforme,
registrando por ende, altas tasas de criminalidad, corrupción política, mercado
informal, burocracia, ineficiencia judicial, interferencia militar en la
política, o poderes civiles no estatales, con presupuesto y poder político muy
superiores al del propio gobierno.
Sin embargo, algunos analistas consideran que
el concepto no tiene “una definición coherente”, por ser manipulable política y
metodológicamente, y presenta graves defectos, aparte que no permite realizar
efectivos aportes de conocimiento, presentándolo por ende como un “concepto
fallido”.
El mismo centro de estudios Fund for Peace, emite
anualmente el Índice de Estados Fallidos, que publica la revista Foreign
Policy. En el listado de Estados Fallidos en el 2013 se encuentran: Somalia,
República Democrática del Congo, Sudán, Sudán del Sur, Chad, Yemen, Afganistán,
Haití, República Centroafricana, Zimbawe, Irak, Costa de Marfil, Pakistán,
Guinea, Guinea Bisáu, Nigeria, Kenia, Niger, Etiopía y Venezuela.
ESTADO DE
EL SALVADOR
En el Estado de El Salvador,- mismo que funciona
como un verdadero Protectorado del Gobierno Federal, como ya se ha dicho en
otros artículos anteriores-, José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador,
recientemente ha traído de nuevo a la agenda pública el tema del Estado Fallido.
Esto, durante la misa que marcó el cierre de las
festividades agostinas del 2014,
a la que asistieron cientos de feligreses, acto transmitido
por radio y televisión, y a la que también asistió el Presidente de la República Salvador
Sánchez Cerén.
En plena homilía, el arzobispo
acotó: “El nivel de autodestrucción que vivimos, tristemente, es tal que nos
amenaza con el hundimiento nacional. Estamos a punto de lo que se llama un
Estado Fallido.”
El hecho que lo hiciera
en las circunstancias y en el contexto en que lo hizo, es lo que provocó de
manera inmediata distintas reacciones. Personeros de las izquierdas argumentan
que, esto equivale a que el Profesor Sánchez Cerén, en su discurso de toma de
posesión, se hubiera referido a asuntos religiosos, diciendo que se está a
punto de tener una “Iglesia Católica Fallida” como consecuencia que algunos
sacerdotes han sido objeto de señalamientos de haber cometido pederastia. ¡En
realidad, el señalamiento del arzobispo es muy fuerte!
Sin embargo, el
arzobispo, como ciudadano y residente del Estado de El Salvador, tiene todo el
derecho de expresar y difundir su opinión, incluso en nombre de la Iglesia Católica Salvadoreña.
No es la primera vez
que el arzobispo se refiere a la posibilidad de caer en un Estado Fallido. Ya
antes había planteado que, ante el desbordamiento de la delincuencia existe la necesidad
de evaluar y sanear todo el sistema de justicia, así como el penitenciario.
Esto último a raíz de la crisis en las cárceles generada por los presos que
piden que les mejore la atención. ¡Quizás sería recomendable pedir asesoría al
famoso Sheriff Joe Arpaio, del Condado de Maricopa en el Estado de Arizona,
quien no concede privilegios a los delincuentes en las cárceles!
¡Para los opositores al
gobierno las palabras del arzobispo vienen como sotana a cura las derechas! Estos
señalamientos desde la oposición y desde el sector empresarial no son tampoco nada
nuevos.
También hubo reacciones
contrarias a los planteamientos del arzobispo. Así fueron las que diera el
Ministro de Seguridad quien pretendió definir lo que es un Estado Fallido y
negó tal posibilidad. También el Ministro de Defensa, alegó que, mientras El
Salvador tenga el ejército que tiene no habrá Estado Fallido. Ha reconocido que
hay que resolver algunos “problemitas menores”, tales como la pérdida de
armamento del ejército, pero eso no da para decir que se está entrado al Estado
Fallido.
Las palabras del arzobispo
recogen legítimamente el sentir de la población en cuanto a los niveles de
criminalidad e inseguridad que el país presenta.
No se confunda tampoco Estado Canalla con Estado
Fallido, como el caso de Somalia, que no puede ni siquiera ejercer su poder
dentro de su propio territorio, aunque en este caso sí sea una amenaza grave
para la paz.
Si se revisan las características arriba
apuntadas para poder calificar a un estado como Estado Fallido, el Estado de El
Salvador cumple muchas de las mismas para ser calificado como tal: El Gobierno
no logra ejercer su poder en la totalidad del territorio, no hay un monopolio
en el uso de la legítima fuerza, existencia institucionalizada de pandillas,- señores
de la guerra con ciertos grupos armados con equipo privativo de la Fuerza Armada , extorsiones,
cobro de renta, por solo citar algunos-, narcotráfico, falta de seguridad,
violencia y, la lista se hace larga y continúa.
Sin embargo, hay algo que parece salvar al
Protectorado del Estado de El Salvador de ser incluido en el Indice de Estados
Fallidos: ¡Es un terruño estratégico y servil incondicional al Gobierno
Federal, a pesar que las izquierdas están gobernando actualmente!
¡Saque el lector sus propias conclusiones!
MIE 20 AGO 14