“¿EL
SALVADOR DIVIDIDO EN DOS?”
Un
amigo de servidor le ha comentado que, en el anterior escrito de éste, el final
era decepcionante y demasiado conciliador, al mismo estilo de la institución
privada sin fines de lucro del Estado de El Salvador que era criticada en dicho
artículo.
También
ha mencionado que, quedaba en evidencia que, el estilo de redacción de servidor
era una mera trampa dialéctica y que era un sofismo lo expuesto.
Servidor
gusta mucho de ser criticado, pues ello le motiva a buscar permanente mejora. De
parte propia se ha cavilado mucho sobre lo arriba señalado. .......... Es muy
probable que la redacción sea la propia de una trampa dialéctica, lo cual no debe
ser considerado malo per se.
La
verdad es que, el uso de la dialéctica, de entrada implica un razonamiento
bastante aceptable,- por no decir bueno-, basado en una serie de silogismos
adecuadamente concatenados. Ahora, llegar al uso de la trampa en la dialéctica,
debe ser tomado como un gran halago pues, lograr que en el derecho,- solo por
citar un ejemplo-, un Juzgador de Segunda Instancia resuelva ha lugar según lo
solicitado por el impetrante en un proceso de apelación o alzada es un gran
honor; ya no se diga si al impetrante se le resuelva ha lugar un recurso de
casación. Todo, gracias a la dialéctica y a la trampa dialéctica.
Es que, precisamente, gracias al uso de la dialéctica
y de la trampa dialéctica, se logra demostrar la falsedad o veracidad de
ciertas proposiciones, tal como el caso de la prueba “ab absurdo”, donde se logra
demostrar que algo sí existe o no existe, precisamente por el hecho que su no existencia
o sí existencia sería un total absurdo. Esta prueba es muy utilizada en la
geometría y en ciertas otras ramas de la matemática. Y, lo más importante, es
que estas verdades así obtenidas se vuelven axiomas,- esto es, verdades incuestionables-.
Otro caso realmente importante para el uso de la
dialáctica y la trampa dialéctica es precisamente en la demostración de la
existencia o no existencia de un ser superior.
Dice un autor: “Meditar sobre la existencia o no
existencia de Dios, y concluir que sí existe o no existe, es tan maravilloso
como concluir que no existe o sí existe.”
Maravilloso, ¿no?
Para llegar a esta conclusión también se utiliza la
dialéctica,- sea con trampa o sin trampa-.
Otro gran ejemplo de la aplicación de la dialéctica y
de la trampa dialéctica involucrada en dicha aseveración:
“El enemigo de mi enemigo es mi amigo”
Según esta afirmación, una persona en conflicto, a fín
de asegurar su seguridad, tranquilidad y superviviencia, es bueno que se vuelva
amigo del enemigo de su enemigo. De primas a primeras parece inobjetable esta
aseveración.
Pero, .......... ¿qué sucede si alguien se vuelve
amigo de otro que es enemigo de un amigo de ese alguien? O, .......... ¿qué pasa si el enemigo del propio
enemigo es amigo de otro enemigo? ¿Aplicaría el principio del “amigo de mi enemigo es mi enemigo”?
Y si es asi, ¿qué principio tiene más peso? ¿Cómo se aplica, en estos casos, la
simplificación de términos? Y si se le toma como amigo por ser enemigo del
enemigo y después se tiene una pelea con éste, ¿deberá hacerse amigo de quien
era el enemigo? Qué relación vale más?
Iguales razonamientos dialécticos,
con trampa incluida, pueden darse respecto de la siguiente aseveración:
“Un viajero en el tiempo regresa al
pasado y conoce a quien será su padre cuando éste está pequeño y le da muerte
accidentalmente. ¿Cómo es posible que pueda el viajero entonces haber nacido en
el futuro?”
Lo anterior es la dialéctica por la
cual el genio Stephen Hawking llega a la conclusión que el viaje en el tiempo
es imposible. Amén que tampoco se ve en la actualidad grupos de turistas del
tiempo,- según este genio británico-.
Pero lo anterior no significa que el
viaje en el tiempo sea imposible. Es solamente que usando correctamente la
dialéctica, este caballero llega a su propia conclusión.
Ahora, caer en el sofisma ya es otra cosa, porque el
sofisma implica también una gran dosis de charlatanería, pues lo único que
pretende es hacer ver como verdadero lo que es falso.
Los juzgadores no caen en este juego facilmente,- al
menos los jueces decentes-, pues las reglas del derecho lo impiden. Ahora bien,
quienes sí son fáciles víctimas del sofismo son las masas víctimas de los
discursos de los políticos.
Esto lleva al siguiente punto:
Esta mañana, servidor charlaba por el medio de las redes
sociales con su muy amada y linda amiga Belem, precisamente sobre la aparente
polarización en la que parece estar inmerso el Estado de El Salvador, ante la
época electoral que se está viviendo.
Ella hasta ha llegado a comentar que, se había sentido
tentada a cerrar su cuenta en las redes sociales, porque mucha gente
intolerante que no comparte sus pensamientos políticos, le reclamaba o le
hacían comentarios fuera de lugar.
Pero, .......... ¿está El Salvador realmente dividido?
Servidor se toma la tarea de razonar:
En esta segunda ronda electoral, hay dos partidos que
tienen sendos apoyos de la población, por lo cual se llega al atrevimiento de
aseverar,- de parte de ciertos grupos maliciosos-, que el país está polarizado.
Cada uno de los institutos políticos que van de nuevo
a la contienda electoral este próximo Domingo 9 de Marzo, ¿tienen masas de
seguidores homogéneos?
Realmente, no. Dentro de cada grupo de seguidores hay
hombres, mujeres, ancianos, niños, jóvenes, minusválidos, gente de gran poder
económico, gente pobre, gente de origen rural, de origen urbano, etc. Esto es,
las masas de seguidores no son homogéneas, mas bien heterogéneas. Las derechas
hasta se han burlado sobre el hecho que las izquierdas son apoyadas por grupos
de homosexuales, como si estas personas no tuvieran derechos políticos.
Una vez pasada la nueva ronda electoral, ¿continuará
el país polarizado?, ¿dividido en dos pueblos?, ¿unos en pro del gobierno
electo y otros en contra del mismo?
La respuesta es negativa, de lo contrario, el nivel de
popularidad de un presidente se mantendría a lo largo del tiempo durante todo
el período que durara la presidencia de él. Por otra parte, el complemento de
dicho índice,- el grado de impopularidad sería también estático durante el
mismo lapso-.
Así, lo único que se puede aseverar es que, los
seguidores del partido político perdedor en la siguiente ronda electoral
pasarán tristes y alicaídos unos días; la dirigencia del partido perdedor dará
el conocido discurso en el que habrá de reconocer la victoria del oponente a
regañadientes, alegando que serán una oposición constructiva; los seguidores
del ganador celebrarán por lo alto y la dirigencia del instituto político
ganador querrá dar la impresión de ser realmente magnánima.
Pasados unos días, luego de la toma de posesión, todo
cae poco a poco en la rutina y en realidad se comprueba que el Estado de El
Salvador no está dividido ni polarizado. Quienes aseveran lo opuesto, son los
realmente interesados en que la realidad sea percibida de dicha manera, a fín
de restar importancia al triunfo del ganador.
A estas conclusiones llega servidor, usando la
dialéctica,- esperando no sea percibida trampa dialéctica alguna-, mas no
cayendo en el sofisma o sofismo.
¡Saque el lector sus propias conclusiones!
SAB 01 MAR 14
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