EVO MORALES
Juan Evo
Morales Ayma, político, sindicalista cocalero, activista y dirigente indígena
aymara boliviano, escogido en el 2005 como sexagésimo Presidente de Bolivia,-
ahora rebautizada como “Estado Plurinacional de Bolivia”-, ha perdido una
batalla electoral por primera vez en más de 10 años.
El márgen por
el cuál ha perdido ha sido realmente estrecho, pero... derrota a fín de cuentas
luego de horas de enorme tensión, después de un recuento que sólo ha relanzado una
tendencia irreversible dos días después del cierre de las urnas.
Este hecho es
algo inédito desde su primera y sorpresiva victoria en Diciembre del 2005,
cuando ha ganado las elecciones presidenciales por aplastante márgen.
Luego de ese
triunfo, Morales ha arrasado en una votación revocatoria y también se ha
impuesto en la consulta para brindar una nueva constitución para Bolivia.
Bolivia, está
situada en el centro-oeste de América del Sur, sin acceso al mar y con una
población de un poco más de 10 millones de habitantes.
Ahora, tocará
a Evo ver cómo toma posesión de la presidencia, otra persona el próximo 22 de
Enero del 2020. De esta forma, terminará la intensa gestión de un presidente
que se propuso y logró cambiar profundamente a Bolivia.
La alusión
electoral inmediata de su mandato ya no es el aplastante triunfo con el 60% de
los votos a su favor,- el doble de porcentaje de su inmediato seguidor-, sino
el fracaso por estrecho márgen que se ha confirmado este pasado día martes.
Se ha entrado
en una despolarización boliviana que ya se sentía entre el 2010 y el 2014,
quedando ahora la nación,- al momento de la consulta popular-, dividida en
mitades prácticamente iguales. Todo por una votación en la que Morales se ha
metido solo.
EVO MORALES PRESIDENTE DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA |
Oponentes con
un conglomerado que incluye a los racistas que nunca quisieron un gobierno
campesino-indígena, hasta quienes critican lo contrario: Que el gobierno de Evo
no es verdaderamente indígena sino un sucedáneo de matriz blancoide o
directamente un gobierno antindígena. ¡Nunca se queda bien con todos!
Si bien el
referendo ha contado con las apariciones de los viejos líderes políticos
bolivianos, totalmente estigmatizados con la etiqueta de “neoliberales y
vendepatrias”, se ha logrado instalar mediáticamente la idea que la campaña por
el “NO” era una “movilización ciudadana”.
En su
tentativa por asociar el rechazo a Morales con los políticos del pasado, la
campaña a favor del “SI” ha concentrado sus ataques verbales y propaganda
negativa en exautoridades que llevan años fuera de Bolivia.
Durante la
campaña, el Vicepresidente Álvaro García Linera ha sido el principal promotor
de la idea que el mando de Evo Morales es irreemplazable y que la persistencia
del proyecto político oficialista dependía de su permanencia en el poder.
Los otrora
“maestros” de Morales e ideólogos de su proyecto político estiman que su
gobierno ha dejado en abandono los postulados originales relacionados a la
defensa de la “Madre Tierra” y los ha modificado por una negociación marcada
por políticas extractivas incompatibles con consideraciones ambientales.
En sentido
metafórico, el Vicepresidente, durante la campaña ha dicho,- ante una eventual
derrota-: “Va a haber llanto y el sol se va a tapar, la luna se escapará y todo
será pena para nosotros.”
Fatalismo a
un lado, ahora el partido oficialista está en la obligación de buscar un
sucesor de Evo Morales durante los tres años y medio que faltan para la
siguiente elección presidencial.
Parece un
plazo lejano, sin embargo, es la primera vez que el partido oficialista tiene
que pensar en un mando nuevo de alcance nacional prácticamente desde su
fundación, en 1995.
“No abrir un
procedimiento de reflexión va en dirección de seguir la desconexión del
gobierno con todo lo que representa y lo que ha movilizado desde que se creó a
él. Está en juego demostrar si puede ser un organismo vivo y no un esqueleto en
descomposición”, ha dicho el sociólogo Schavelzon.
Pero,... los antecedentes
no son muy alentadores a la hora de pensar en un nuevo mando. En el 2015, el
partido de Evo Morales ha perdido las alcaldías de las cuatro ciudades más
grandes de Bolivia: La Paz, Santa Cruz, El Alto y Cochabamba.
Por otra
parte, a pesar de las celebraciones opositoras que hablaban del “rescate de la
democracia” y una “nueva oportunidad” para Bolivia, la oposición no tiene
muchos motivos para celebrar más allá del hecho que Evo Morales ha sido
derrotado en las urnas por primera vez. ¡Bueno,... algo es algo y... parece ser
mucho en este caso!
Anteriormente,
las visiones de victoria para la oposición se han mostrado escasas cada vez que
han tratado de enfrentarse al oficialismo desde varios frentes.
CIUDADANO BOLIVIANO EMITIENDO SU VOTO DURANTE EL REFERENDO |
Evo Morales
no ha registrado las consecuencias de sus arbitrariedades y tampoco ha contado
con la repugnancia de los pueblos a la reelección indefinida.
Todo
parecía dispuesto para que Evo Morales venciera por mayoría abrumadora en el
referéndum que le permitiría gobernar hasta el 2025. Pero en las últimas
semanas, encuestas independientes ya mostraban un sostenido y creciente rechazo
a la modificación constitucional que lo habilitaría para postularse a una tercera
reelección. Su soberbia y equivocadas reacciones ante repetidas denuncias de tráfico
de influencias; de ausencia de transparencia y conflictos de intereses en
adjudicaciones directas de obras públicas cuantiosas; corrupción en el uso de
fondos fiscales e indígenas; incompetencia en la prevención y manejo de las
consecuencias de actos vandálicos, que derivaron en pérdidas de vidas, y
falsedades en sus relaciones privadas que trascendieron a la publicidad, han
coadyuvado a conducir a este descalabro.
Evo
se ha sentido confiado en los logros económicos de su gestión y en la ausencia
de una oposición organizada, sin líderes alternativos. Se ha creído inmune a la
aversión popular que provocan los abusos, ideologismo, autocracia y la
eliminación de los límites de tiempo para ejercer el gobierno. Tras cumplir más
de diez años en la Presidencia, ha superado hace poco al Mariscal Santa Cruz,
para constituirse en el presidente boliviano de mayor permanencia continua en
el cargo.
Con
políticas populistas, basadas en los elevados ingresos por hidrocarburos, y sin
transgredir la disciplina fiscal, Evo ha triplicado el producto y ha reducido a
menos de la mitad el desempleo y la pobreza extrema.
Con
todo,... la autocracia de Morales ha agravado la principal falencia boliviana,
que ha conducido a permanecer como el país más pobre de Sudamérica: La falta de
institucionalidad.
A
la vez, su sectarismo e ideologismo lo han desprestigiado y aislado de las
democracias occidentales. También ha contribuido a su derrota su incapacidad
para vencer a la corrupción y contener el narcotráfico.
¿La
suerte de lo que queda del gobierno de Evo? Quizás, para conservar el poder,
tendrá que recurrir al autoritarismo y a la radicalización. Apartándose de las
prácticas diplomáticas, quizás vuelva a tensionar las malogradas relaciones con
Chile y los Estados Unidos de América.
Posiblemente
atribuya a la prensa y al Imperio la responsabilidad de su fracaso en el
referendo. Seguramente, para reconstruir el apoyo interno perdido, desplegará
con mayor intensidad la campaña internacional sobre los supuestos derechos
marítimos de Bolivia y aumentará sus falsas denuncias sobre uso impropio de
aguas nacionales y supuestas violaciones chilenas al libre tránsito boliviano
al Pacífico.
¡Saque
el lector sus propias conclusiones!
José
Roberto Campos hijo
DOM
28 FEB 16
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