Con el término Conflicto Arabe – Israelí, se hace referencia a la tensión política y militar y a los conflictos armados entre Israel y sus vecinos árabes y, en particular con Palestina.
Su definición, historia y posibles soluciones son de permanente debate. A este día, las principales cuestiones son: La soberanía de la Franja de Gaza y Cisjordania; el estatus de la parte oriental de Jerusalem, de los Altos del Golán y de las Granjas Shebaa; el destino de los asentamiento israelíes y de los refugiados palestinos; el reconocimiento de Israel y Palestina y su derecho a existir y vivir en paz; así como, la relación de Israel con Siria y Líbano.
Israel tiene tratados de paz vigentes con Egipto y Jordania. Tratados de alto el fuego con Líbano, Siria y Arabia Saudita que, si bien no reconocen la existencia de Israel, han supuesto un mecanismo eficaz para el cese de las hostilidades. También existe un acuerdo con Palestina, estableciendo un tipo de protectorado israelí sobre la zona palestina y un alto al fuego parcial.
Durante siglos, el pueblo judío vivió disperso por el mundo, principalmente en Europa, en lo que se conoce como la Diáspora. La convivencia de los judíos con los europeos no fué fácil, dadas las persecuciones y pogromos. Esto fue determinante para la aparición y auge del sionismo, que reclamaba un Estado propio para los judíos.
Los sionistas subrayaban la importancia que tenía convertir Palestina en centro para los judíos. Cuando se fundó el sionismo, Palestina era parte del Imperio Otomano y estaba habitada por cristianos y musulmanes en su gran mayoría, y una minoría judía significativa en Jerusalem y alrededores.
En 1914 el Imperio Otomano,- Palestina era parte de éste-, entró en la Gran Guerra,- llamada años después, “Primera Guerra Mundial”-, y el gobierno británico vió al movimiento sionista como un aliado en una guerra que se desarrollaba mal para el Reino Unido.
Así, el 2 de Noviembre de 1917 se emitió la Declaración Balfour, por la que el Reino Unido apoyaba a los sionistas para crear un hogar nacional judío en Palestina. La victoria sobre los otomanos dejó a los británicos con el control de Palestina en los siguientes treinta años, en forma de Mandato de la recién creada Sociedad de Naciones.
Durante la década de 1920, el número de judíos en Palestina se incrementó notoriamente, pasando de 84 mil sobre una población total de 752 mil en 1922; a 156 mil sobre una población total de 992 mil en 1929.
El incremento del antisemitismo en Alemania y Rumania hizo que gran número de judíos se marchara de Europa, principalmente a Palestina debido a las restricciones migratorias de Estados Unidos,- EE. UU.-. En 1936, la población judía se había incrementado hasta los 370 mil sobre una población total de 1,336 miles. La reacción fue la Revuelta Arabe, el 15 de Abril de 1936 con el asesinato de un judío cerca de Nablús. Ello dio lugar a un despliegue importante de fuerzas británicas, así como a la simpatía oficial de éstas con la Haganá, la fuerza defensiva de la Agencia Judía.
Considerando que dos culturas religiosas tan contrastadas no llegarían a convivir en un sólo Estado, se propuso la partición en dos Estados distintos. No todos los sionistas estaban a favor de la partición y los árabes se oponían frontalmente a ella.
Hacia fines de 1937, los británicos abandonaron su apoyo a la idea del hogar judío y a la partición del Mandato, dado que buscaban asegurar la simpatía árabe en la situación prebélica ante la inminencia de la Segunda Guerra Mundial.
Una nueva declaración, conocida como Libro Blanco, supuso un giro completo de la política británica en Palestina y el fin de su compromiso con los judíos. Se establecía que, en el plazo de diez años, Palestina se convertiría en un solo Estado independiente gobernado en común por árabes y judíos. La inmigración judía se limitaría a 75 mil personas en los siguientes cinco años y con el previo consentimiento árabe, así, los judíos mantendrían un estatus minoritario.
En Noviembre de 1938, la Reichskristallnacht,- “Noche de los Cristales Rotos del Reich” o, tan solo “Noche de los Cristales Rotos”-, cuando los nazis dieron rienda suelta al terror contra los judíos, reveló las verdaderas intenciones del III Reich y provocó la emigración judía.
En el caso de los judíos, la nueva política del gobierno británico plasmada en el Libro Blanco, cuya vigencia se mantuvo durante la guerra, fue vista como un acto de delación, pero mantuvieron su apoyo a Gran Bretaña en el inminente conflicto bélico,- “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”-.
El impedimento por parte de las autoridades británicas de la inmigración judía hacia Palestina, puesto de relieve con el caso del barco SS Struma, confirmó la creencia judía que la protección solo podía ser alcanzada mediante la construcción de un Estado donde los judíos pudieran controlar su propio destino, motivo por el cual la Haganá empezó a comprar y a fabricar armas.
Para hacerlo corto, el 29 de Noviembre de 1947, tras múltiples disputas diplomáticas, la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó el Plan de Partición de Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío, ni compactos ni homogéneos, divididos en tres respectivas porciones apenas unidas.
Los judíos aceptaron a pesar de no estar de acuerdo con los términos del reparto, pero los árabes lo rechazaron de plano. El Alto Comité Árabe,- el organismo de la dirigencia árabe-palestina-, calificó de “absurdos, impracticables e injustos”, tanto el reparto como la propuesta federal y, viendo perdido el terreno diplomático, amenazaron con la guerra para defender Palestina.
El 14 de Mayo de 1948 expiró el Mandato Británico de Palestina. El día anterior, los judíos proclamaron la independencia del Estado de Israel en su parte del territorio otorgada por el Plan de Partición de la ONU, debido a la festividad del Shabbat.
Al día siguiente de la declaración de independencia de Israel, los cinco estados árabes vecinos, Líbano, Siria, Transjordania, Irak y Egipto, le declararon la guerra e intentaron invadirlo.
En la guerra intermitente que tuvo lugar durante los siguientes 15 meses, Israel conquistó un 26% adicional del antiguo mandato británico, mientras que Transjordania y Egipto ocuparon la parte restante destinada por la ONU al Estado Arabe-Palestino: Egipto ocupó Gaza y Transjordania se anexó Cisjordania y Jerusalem Este, refundando el país con el nombre de Jordania.
La guerra provocó miles de desplazados en ambos sentidos: Arabes de la zona israelí fueron obligados a desplazarse a las vecinas Gaza y Cisjordania, y también a otros países árabes más alejados, dando origen al problema de los refugiados palestinos, que todavía hoy perdura.
En 1948, la ONU reconoció el derecho al retorno de los refugiados palestinos y creó la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos,- UNRWA, por sus siglas en inglés-, con la esperanza de un retorno inmediato, algo que no sucedió. Al prolongarse indefinidamente su condición de “refugiados”, y quedar su suerte en manos de la ONU, nunca obtuvieron la nacionalidad de los países árabes que los acogieron y permanecieron en condiciones de desarraigo y precarización. Por su parte, los refugiados judíos, que no recibieron reconocimiento ni ayuda alguna por parte de la ONU, fueron integrados rápidamente en Israel.
En 1956, Israel, tras el bloqueo egipcio del Estrecho de Tirán, firmó una alianza para un ataque conjunto a Egipto con el Reino Unido y Francia, a su vez molestos con Gamal Abdel Nasser,- entonces presidente de Egipto-, por la nacionalización del Canal de Suez.
Aunque militarmente los aliados alcanzaron todos sus objetivos, la presión diplomática de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas,- URSS-, y EE. UU., forzó a los victoriosos militares a retirarse, lo que los países árabes consideraron una victoria política. Como consecuencia, la ONU desplegó una fuerza de cascos azules entre Egipto e Israel.
Un alto en el relato:...
Hay que recordar también el débil intento de conformación de una nación panárabe, entre 1958 y 1961, cuando Egipto y Siria proclaman la República Arabe Unida,- RAU-, nombre que continuó usando Egipto hasta 1971. ¡Los árabes muestran así una gran debilidad para unirse entre ellos!
Continuando...
Los árabes comenzaron a organizarse en diferentes grupos para resistir. La más importante fué la Organización para la Liberación de Palestina,- OLP-, fundada en mayo de 1964 en Jerusalem con el apoyo de la Liga Arabe y a instancias del presidente egipcio Nasser, como una organización palestina unificada.
En 1967, Nasser, pidió a la ONU que retirara los cascos azules de Gaza, el Sinaí, y de las islas de Tirán y Sanafir, solicitud aceptada por U Thant, entonces Secretario General, pese a que eso significaba renunciar a su papel de interposición. Egipto movilizó 80 mil soldados en el Sinaí y ocupó las islas del golfo de Aqaba el 22 de Mayo. Esto puso en peligro la salida de los barcos israelíes al Mar Rojo, y fue considerado casus belli por parte de Israel. En ese mismo mes, Egipto, Siria e Irak firmaron un pacto de defensa mutua. El 5 de Junio de 1967, ante la negativa egipcia de desbloquear el Golfo de Aqaba, Israel bombardeó la aviación egipcia situada en la península del Sinaí, dando comienzo a la Guerra de los Seis Días, destruyendo la casi totalidad de la fuerza área egipcia en tierra, la cual había costado a Egipto cerca de US$3 mil millones para ser conformada. Esta derrota militar, le acarreó a Nasser, la burla mundial y el apodo de “Tigre de Papel”.
Como un paréntesis adicional:...
“Tigre de Papel” es una antigua expresión china, usada para designar algo que aparenta ser una amenaza pero que es en realidad inofensivo.
Mao Tse Tung, en una entrevista en 1956, utilizó la frase para describir el imperialismo estadounidense.
Cuando Mao criticó el apaciguamiento de la URSS frente a EE. UU., durante la Ruptura Chino–Soviética,- luego de acusaciones mutuas de los dos bloques comunistas de ser revisionistas-, Nikita Kruschev señaló: “El Tigre de Papel tiene dientes nucleares”.
Recuerde el lector la preconización de la “Distensión Este – Oeste” y de la “Coexistencia Pacífica” por parte de la URSS, al amparo de: “Dos sistemas, un mundo.”
Análogamente, como acápite: Sin embargo, si a un gato se lo llama un tigre, se lo puede desestimar fácilmente como un Tigre de Papel, pero queda por resolver por qué asustó tanto el gato en un principio.
Continuando…
En los 6 días que duró la guerra, Israel conquistó la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalem Este, la Península del Sinaí y los Altos del Golán.
La oleada palestina de refugiados fue de unas 300 mil personas, de los que casi un tercio eran refugiados por segunda vez. La mayoría se exilió en Líbano, Jordania, Siria y los Estados del Golfo Pérsico.
En los años siguientes a la guerra de 1967 se pasó a una guerra soterrada conocida como Guerra de Desgaste. Israel anexionó el municipio de Jerusalem e incentivó los asentamientos de judíos en los territorios ocupados.
Egipto multiplicó su hostigamiento militar contra Israel, que culminaría en la Guerra de Yom Kippur, e intensificó su apoyo a los grupos armados palestinos que, a partir de 1968, con el apoyo de Siria, iniciaron una escalada terrorista internacional sin precedentes,- secuestros, ataques y explosión de aviones comerciales, atentados contra embajadas y diplomáticos de Israel, ataques a intereses de la comunidad judía en todo el mundo, atentados contra instalaciones de gas y petroleras, etc. Esta escalada culminaría finalmente en la Masacre de München en los Juegos Olímpicos de 1972.
La Guerra de Yom Kippur, Guerra de Ramadán o Guerra de Octubre, fue un conflicto armado entre Israel y los países árabes de Egipto y Siria, que tuvo lugar durante Octubre de 1973.
El 6 de Octubre de 1973, día de la festividad judía del Yom Kippur,- “Día de la Expiación” o “Día del Perdón”-, Egipto y Siria lanzaron su ataque contra Israel. La fecha había sido escogida con cuidado ya que la mayoría de la población israelí estaba en sus casas ayunando. El ejército egipcio cruzó rápidamente el Canal de Suez superando rápidamente las defensas israelíes. Al mismo tiempo, las fuerzas sirias avanzaron en los Altos del Golán. Una vez recuperada la península del Sinaí, Anwar el Sadat,- presidente egipcio-, decidió parar el frente egipcio dando por buena la recuperación de su antiguo territorio. Esto permitió a Israel concentrar todas sus fuerzas en el frente norte y recuperar la iniciativa en una guerra en la que por primera vez vio como fué superado por sus enemigos árabes. La actitud de Sadat se consideró una traición en el mundo árabe y motivaría, años más tarde, su asesinato durante un desfile militar.
Los países árabes llevaron adelante una guerra económica y embargaron el petróleo de los países que ayudaron a Israel, al mismo tiempo que reducían las ventas con el propósito de lograr un aumento de los precios. Su efecto fue una desestabilización de la economía internacional, que presionó a EE. UU. y la URSS a alcanzar un acuerdo a través de la ONU.
Ambas partes se consideraron vencedoras. Aunque, a decir verdad, los judíos por vez primera cayeron en la cuenta que podían haber sido aniquilados en forma total. La aproximación de Egipto al mundo occidental favoreció los Acuerdos de Camp David, tiempo después.
Tras el Septiembre Negro de 1970, miles de guerrilleros palestinos son expulsados de Jordania y la OLP decide establecer sus bases en el Líbano, desde donde comenzaron a realizar incursiones en territorio israelí para provocar atentados, manteniendo enfrentamientos directos con las fuerzas israelíes a lo largo de la frontera sur del Líbano. En Marzo de 1978, después que un comando palestino causase la muerte de 35 civiles israelíes a bordo de un autobús, el gobierno de Menahem Begin ordena a tres brigadas del Tsahal que invadiesen unos 1,000 kilómetros cuadrados del sur del Líbano, hasta el Río Litani, con el objetivo de acabar con las bases de los fedayín. Antes de retirarse, tres meses después, Israel establece una Zona de Seguridad de 10 kilómetros de ancho y población cristiano-maronita y la deja en manos de la milicia aliada Ejército del Líbano Libre,- después Ejército del Sur del Líbano-. A su vez, la ONU despliega una fuerza de interposición entre la Zona de Seguridad y el Río Litani, con la misión de velar por la desmilitarización del área. Entre 1979 y 1981, la comunidad cristiana, a través de las Falanges Libanesas, establece una alianza estratégica con Israel, una vez rota la que mantenían con Siria hasta entonces.
En Mayo del 2000, Ehud Barak, primer ministro israelí, cumple su promesa electoral de retirar todas sus tropas del sur del Líbano.
El estatus de Jerusalem sigue siendo uno de los puntos de disputa claves del conflicto árabe-israelí. Israel siempre ha reclamado Jerusalem como capital religiosa y civil del pueblo judío. Los árabes, que la controlaron durante 700 años, o los turco-musulmanes, que la gobernaron durante otros 400, o los jordanos-palestinos, durante 19 años más,- 1948–1967-, nunca le procuraron ningún estatus especial de capitalidad hasta hace poco.
En 1980, Israel promulgó la Ley de Jerusalem que declaraba la ciudad, incluida la parte oriental y una amplia zona periférica, como “capital eterna e indivisible” del Estado de Israel. La ONU replicó con la resolución 478, que invalidaba dicha declaración de capitalidad, y aconsejó a sus miembros a que situasen sus embajadas en Tel Aviv. Solo Costa Rica y El Salvador mantuvieron, hasta Agosto del 2006, sus embajadas en Jerusalem.
Por su parte, la Autoridad Nacional Palestina reclama Jerusalem Este,- Al-Quds-, como la capital del futuro Estado palestino. Antes, durante las dos décadas que permaneció bajo administración jordana, la OLP no planteó la cuestión de la capitalidad. En 2002, fue ratificado por ley firmada por Arafat.
La ONU sigue manteniendo que el estatus de Jerusalem es el de una ciudad internacional cuya soberanía debe ser resuelta en futuras negociaciones entre israelíes y palestinos, por lo que considera una “ocupación ilegal” el control israelí sobre Jerusalem Este. En el año 2000, Yaser Arafat rechazó una propuesta de paz del primer ministro Ehud Barak que, entre otros muchos puntos, incluía dejar bajo soberanía palestina el Barrio Musulmán y Cristiano de la ciudad.
La Primera Intifada,- “Agitación” o “Levantamiento”-, organizó la agrupación de todos los sectores palestinos bajo un liderazgo central, politizando a toda la sociedad palestina.
En Septiembre de 1993, tras muchas negociaciones, los palestinos reconocieron el Estado de Israel y los israelíes reconocieron la Autoridad Nacional Palestina firmando los tratados de Oslo que preveían un repliegue de Israel y el establecimiento de un Estado Palestino.
Los tratados de Oslo preveían devolver a los palestinos la mayor parte del territorio ocupado en 1967, en la Guerra de los Seis Días. Sin embargo, mantenía la soberanía israelí sobre un gran número de asentamientos judíos dispersados por este territorio y habitados en su mayoría por sionistas. ¡Pero, el asunto de la soberanía de Jerusalem siguió sin ser resuelto!
El entonces líder de la oposición israelí, Ariel Sharon, visitó la zona exterior del recinto de la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa, en Septiembre de 2000, en pleno debate sobre el futuro de Jerusalem pero con el permiso del jefe de la seguridad palestina en Cisjordania, lo que provocó algunos incidentes y choques con palestinos, pues fue visto por la población palestina como una gravísima provocación. Al día siguiente se desató nuevamente la violencia. Se sostiene que, la Segunda Intifada se inició a raíz de estos hechos.
En esta Intifada, se generaliza el uso de bombas suicidas. Los blancos de estos ataques fueron lugares frecuentados por los civiles israelíes como centros comerciales, restaurantes y las redes de transporte público.
En respuesta a los ataques suicidas, las autoridades israelíes pusieron en práctica los asesinatos extrajudiciales contra dirigentes palestinos vinculados a actividades terroristas. Estas muertes son conocidas por los israelíes como “asesinatos selectivos”, eufemismo popularizado por algunos medios de comunicación, y que, en opinión de sus críticos, constituye una violación de la Convención de Ginebra.
Recuerde el lector al autor medieval Niccoló, cuando destaca que, “El crimen es lícito si se comete para salvar a la patria”.
Sin embargo, Israel arguye que los objetivos seleccionados y abatidos son parte activa en las hostilidades, ya que son los planificadores o instigadores de actividades terroristas dentro del territorio israelí. ¡Cada quien ve las cosas según el cristal con el que las ve o pretende verlas!
A finales de Diciembre del 2008 finalizó la tregua entre Hamas y el ejército israelí en la Franja de Gaza. Israel lanzó su primer ataque en la Franja de Gaza el 27 de Diciembre del 2008, como represalia contra Hamas por el lanzamiento de cohetes desde Gaza hacia Israel. El alto al fuego se decretó el 18 de Enero del 2009, cuando Israel y Hamas declararon un cese de las operaciones militares. A pesar de esto, proyectiles y cohetes continuaron siendo disparados desde Gaza hacia los centros de población civil israelí, mientras Israel continúo con sus ataques sobre la Franja de Gaza.
Tras algunos días de relativa tranquilidad Israel lanza su ataque más hiriente: El día 14 de Noviembre asesina a Ahmed Yabari, miembro del Gobierno de Hamas y máximo responsable militar de dicho grupo. Así, muere uno de los mandatarios más influyentes de Hamas, convirtiéndose en el asesinato del político más importante desde el año 2008. Este fue el punto de inflexión que ocasionó la escalada de violencia, al considerarse a partir de ese momento como un acto de guerra, con todas sus consecuencias.
Hamas suscita ciertas simpatías en su entorno, como por ejemplo la del primer ministro egipcio Hisham Kandil, quien visita al día siguiente la Franja de Gaza, manifestando su apoyo al Gobierno de Hamas. Este movimiento estratégico es especialmente significativo y clarifica la posición egipcia con respecto al conflicto palestino tras la revolución en el marco de la “Primavera Arabe”. La alianza egipcia-palestina inquieta especialmente a las autoridades israelís, ya que Egipto sí cuenta con un ejército profesional y una considerable potencia de fuego. De la misma manera se airean amargamente los recuerdos de la Guerra de Yom Kippur.
De todo lo hasta acá expuesto, cabe destacar que, el Conflicto Palestino-Israelí es, básicamente, una lucha entre dos pueblos por una misma tierra que ambos reclaman históricamente como propia.
Según la tradición, Moisés liberó al pueblo judío del yugo egipcio, fué hacia Israel y a partir de ahí se fueron sucediendo diversas ocupaciones de esta tierra.
Por su parte, el pueblo palestino,- compuesto por diferentes etnias árabes-, debe su asentamiento en esta tierra a la última ocupación que se dio antes del surgimiento del conflicto: La del Imperio Otomano, desde 1516 hasta 1917.
Ahora, Israel mantiene un dominio claro sobre el terreno por estar reconocido como estado. Por su parte, Palestina no es un estado, pero está regida por la denominada Autoridad Nacional Palestina y está luchando por que la ONU reconozca a su pueblo como miembro de pleno derecho de dicha organización.
Hace unas semanas, “The Times of Israel”, publicó un artículo de un bloguero, intitulado “Cuando el genocidio es admisible”, de Yochanan Gordon, quien alega que el genocidio está justificado cuando se trata de los palestinos de Gaza.
Parentesis:...
Esto es como pretender justificar los “Pogromos” y/o el llamado “Holocausto”, el cual año con año es el caballito de batalla y propangada judía de Hollywood y que arroja millonarias ganancias que devienen de un público que paga por ver mera publicidad y propaganda judía. ¡Esto es algo así como que la marca de Cola más vendida en el mundo, cobrara por ver los anuncios de su marca en documentales ad hoc!
Continuando...
La publicación añade: “Nada es desproporcionado cuando luchamos por el propio derecho a vivir.” También argumentó que “todos están de acuerdo en que Israel tiene el derecho a defenderse y asimismo a ejercer este derecho”.
Es cierto, un país tiene el derecho a defenderse de los ataques. Pero si el problema es con Hamás, no con los civiles, entonces, ¿por qué asesinar civiles? ¿Quién le ha dado potestad a Israel para este genocidio?
¡El derecho a la defensa debe ser jurídicamente proporcional! ¡No se puede justificar ataques con tanques y fuerza aérea en contra de meros civiles fanáticos, molestos y desarmados que lanzan piedras por el simple hecho de apoyar a sus guerrilleros connacionales! (Remítase el lector a la Convención de Ginebra y a las Leyes de la Guerra)
¿Es que solamente se deben denunciar pogromos y el Holocausto por haber sido cometido en perjuicio del pueblo judío, mas no el genocidio cometido en contra del pueblo palestino?
David Ben Gurión, líder del Consejo Nacional Judío leyó en su momento la Declaración de Independencia de Israel. En parte el documento decía: “Nosotros, miembros del Consejo del Pueblo, representantes de la comunidad judía de Eretz Israel (Palestina)…, en virtud de nuestro derecho natural e histórico y basados en la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamamos el establecimiento de un estado judío en Eretz Israel, que será conocido como el Estado de Israel.”
¿Qué opinan los judíos?
El nuevo Israel es una democracia secular, por lo que de manera oficial prescinde del Dios bíblico. En 1948, los israelíes no le dieron el mérito a Dios por la creación del nuevo estado. Es más, en el texto original de la Declaración no se lo mencionó para nada ni a su título “Dios”, mucho menos su nombre “Jehová”. Ya en el texto definitivo, el libro de historia “Great Moments in Jewish History” explica que, en la reunión que tuvo el Consejo Nacional a la una de la tarde, sus miembros todavía no podían ponerse de acuerdo con respecto a la redacción de la Declaración de Independencia… Los judíos practicantes querían que se hiciera referencia al “Dios de Israel”, pero los seculares se opusieron. Al final, Ben Gurión decidió poner “Roca” en hebreo en reemplazo de Dios.
En la actualidad, Israel continúa sustentando su derecho a ser un estado independiente en un dictamen de la ONU y en lo que ellos catalogan como su “derecho natural e histórico”.
¿Por qué tienen tanto poder los judíos? ¿Por qué es una de las naciones más fuertemente armadas y apadrinadas? Quizás por el mero hecho de ser la gran banca comercial mundial propiedad judía,- para nada nimiedad-, amén que este poder es realmente el poder tras el trono en los EE. UU., razón por la cual este país los respalda y acuerpa en todo accionar, sin lograr que, Israel haga caso y ceda ante la presión internacional cuando así debe ser.
Aunque Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí acuse al Consejo de Derechos Humanos de la ONU de legitimizar a organizaciones terroristas como Hamás, su país siempre ha salido más favorecido en la balanza cuando la ONU y EE. UU. intervienen.
Entonces, con tremendo apoyo, es natural que el gobierno israelí se envalentone contra el más débil. ¡Así, el exceso de poder tiraniza! ¡Es una verdadera ironía de la vida y una lástima que Israel se encapote con un traje genocida similar al que vistiera Hitler y sus secuaces!
Los que una vez estuvieron en el bando de las víctimas, de los afligidos, ahora son victimarios, verdugos indolentes. ¡Por algo Dios los catalogó como un pueblo de “dura cerviz”!
¡Por favor, no se entienda que los palestinos son mansas palomas! Pero, si Israel exige su derecho a defenderse, ¿por qué no los palestinos?
El fin no justifica los medios, para nada, porque en la lucha por el poder, siempre son los civiles los que llevan la peor parte.
Por aborrecer el accionar judío no se debe calificar a alguien de ser antisemita y pro-palestino. Tampoco son anti-germanos todos los que han aborrecido las obras hitlerianas. De ese argumento se agarran los israelíes para defender su postura irracional. ¡Quien los critica es tildado de antisemita!
Algunos judíos sensatos están en desacuerdo con lo que hace su gobierno y no por eso son antisemitas.
¿Hay alguna solución para el conflicto árabe-israelí, específicamente pare el palestino-israelí?
¡Hay que recordar que, no existe Guerra Santa alguna y, la misma no es más que una ficción para justificar la matanza en nombre de uno o más dioses.
Por otra parte, cuando una guerra tiene sus raíces en la religión o es considerada como una Guerra Santa, la historia muestra que, no puede haber Tratado de Paz que perdure. ¡Uno de los bandos deberá prevalecer sobre el otro! ¡Así, mientras cada bando alegue cuestiones religiosas e históricas, la tan ansiada paz estará ausente!
¡Los árabes han mostrado una desunión increíble! ¡Los judíos, por su parte, han exhibido una inteligencia y organización igual de increíble!
¡No en vano la raza judía cuenta con muchísimos científicos, filósofos y revolucionarios de categoría mundial a lo largo de su historia!
¡Pero, también hay que destacar la moral e inteligencia del pueblo judío, cuando de buenas han aceptado siempre los de su raza, en convertirse en “el Judío de la Corte”,- sin miramiento alguno-, precisamente por su alta capacidad de avizorar y por su gran intelecto!
¿Acaso será Persia,- Irán-, la nación no árabe que acabará uniendo al Mundo Arabe por cuestiones meramente religiosas, quien sí pondrá en su sitio a los judíos?
¡Este escenario es aún más horrible que el que se está viendo y no lo merece pueblo alguno! ¡Ojalá y los dirigentes judíos cedan algo al pueblo palestino y dejen de ser de “dura cerviz” por el bien del pueblo judío!
¡Saque el lector sus propias conclusiones!
DOM 07 SEP 14