Al
inicio de la Constitución salvadoreña, los diputados plasmaron: “NOSOTROS,
REPRESENTANTES DEL PUEBLO SALVADOREÑO REUNIDOS EN ASAMBLEA
CONSTITUYENTE, PUESTA NUESTRA CONFIANZA EN DIOS, NUESTRA VOLUNTAD EN LOS ALTOS
DESTINOS DE LA PATRIA Y EN EJERCICIO DE LA POTESTAD SOBERANA QUE EL PUEBLO
DE EL SALVADOR NOS HA CONFERIDO…” (Subrayar es propio)
La
palabra, “REPRESENTANTES”, y la
frase subrayada, cobran hoy especial relevancia; esto porque el estado
salvadoreño tiene un gobierno republicano, democrático y representativo, tal como se establece en la Constitución:
“Art. 85.- El Gobierno es republicano, democrático y representativo.
El sistema político es pluralista y se expresa por medio de los
partidos políticos, que son el único instrumento para el ejercicio de la
representación del pueblo dentro del Gobierno. Las normas, organización y
funcionamiento se sujetarán a los principios de la democracia
representativa.
La existencia de un partido único oficial es incompatible con el
sistema democrático y con la forma de gobierno establecidos en esta
Constitución.”
¿Democracia
representativa?... ¿qué es?
En
ésta, el poder político emana y procede de los gobernados, del pueblo, aunque
en verdad el poder no es ejercido por éste si no por sus representantes
elegidos por medio del voto, por los delegados o diputados. Así, se da por
plenamente establecido que los diputados están en continua comunicación con la
población a la que representan, lo cual les brinda legitimación. Otra cosa es
que en la realidad los diputados acaban respondiendo a las directrices del
partido por medio del cual han alcanzado un curul.
Y,…
¿la democracia participativa?
En
ella se cuenta con un conjunto de espacios y mecanismos donde los ciudadanos y
gobernados pueden incidir y decidir sobre asuntos públicos de su interés, más
allá de la actividad propia de los representantes. La idea es que la distancia
entre los gobernados y el gobierno se acorte, con lo cual las decisiones que se
toman en verdad sí cuentan con un verdadero respaldo de la población. Para
esto, es común contar con grupos de diálogo permanentes y también recurrir a
consultas populares frecuentes para formular preguntas específicas, por decir
algo a guisa de ejemplo: ¿Desea usted que se reforme el artículo de la ley X en
la forma siguiente: …?
Curiosamente,
el constituyente salvadoreño no incorporó en la Constitución la “democracia
participativa”. Y es que de todos es conocida la historia que la Constitución
fue redactada por un abogado bajo encargo directo de Roberto d’Abuisson
Arrieta, del derechista ALIANZA REPUBLICANA
NACIONALISTA,- ARENA-, partido del que fuera cofundador y a la sazón
Presidente de la Asamblea Constituyente.
Ahora
bien, el tema de las actuales esperadas reformas a la Constitución no es nuevo.
En Octubre del 2020, el gobierno salvadoreño presentó un equipo ad
hoc que se encargaría de recoger insumos y así formular propuestas para
una eventual serie de reformas. En las últimas semanas ha vuelto a cobrar
vigencia el tema, pues era ya un hecho que se habría de reformar la Constitución.
Ha circulado un documento de anteproyecto de un poco más de doscientas reformas
para una Constitución que tiene 274 artículos. ¿Se podría afirmar que en realidad
sería una nueva Constitución?
Todos
estaban a la espera que las reformas a la Constitución se habrían de aprobar un
par de días antes o el mismo día último en el que los diputados salientes estuvieran
en sus cargos para que los entrantes diputados la ratificaran después del 01de
Mayo.
Pero
la sorpresa ha sido mayúscula e inesperada, pues el último día de funciones de los
que habrían de dejar el cargo de diputados, el 30 de Abril, se aprobó una sola modificación
a la Constitución. ¡Se ha agregado catorce palabras al Artículo 248 que abren
la puerta para cambiarlo todo!
El
anterior artículo reza como sigue:
“Art.
248.- La reforma de esta Constitución podrá acordarse por la Asamblea
Legislativa, con el voto de la mitad más uno de los Diputados electos.
Para
que tal reforma pueda decretarse deberá ser ratificada por la siguiente
Asamblea Legislativa con el voto de los dos tercios de los Diputados electos.
Así ratificada, se emitirá el decreto correspondiente, el cual se mandará a
publicar en el Diario Oficial.
La
reforma únicamente puede ser propuesta por los Diputados en un número no menor
de diez.
No
podrán reformarse en ningún caso los artículos de esta Constitución que se
refieren a la forma y sistema de gobierno, al territorio de la República y a la
alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República.”
Y
la reforma aprobada se lee:
“Art.
248.- …
Para
que tal reforma pueda decretarse deberá ser ratificada por la siguiente
Asamblea Legislativa con el voto de los dos tercios o por la misma Asamblea
Legislativa con el voto de las tres cuartas partes de los Diputados
electos. Así ratificada, se emitirá el decreto correspondiente, el cual se
mandará a publicar en el Diario Oficial.
…
…”
(Subrayar es propio)
Así, una vez ratificada la anterior reforma, será también permitido modificar
la Constitución por una sola Asamblea Legislativa siempre y cuando se cuente con
al menos las tres cuartas partes de los votos de los diputados para que la
misma la ratifique. En la actualidad, las tres cuartas partes de los 60
diputados son 45, contando el partido de gobierno, NUEVAS IDEAS, con 54.
Hay
quienes alegan que la única forma de modificar el Artículo 248 es mediante una
Asamblea Constituyente; sin embargo, curiosamente en la Constitución no se
habla jamás de como convocar a una asamblea de tal índole. También hay otros
que exigen una consulta popular, a pesar que este tipo de votación solo está
permitida para ratificar el proyecto o bases de unión para la reconstrucción
total o parcial de la República de Centro América en forma unitaria, federal o
confederada. Otros alegan que, los representantes del pueblo sí pueden realizar
tal modificación. ¡Un verdadero diálogo de besugos y diálogo de sordos!
Por
su parte, la SOCIEDAD CIVIL, un
grupo de asociaciones contrarias al gobierno, alega que no se le ha tomado en
cuenta ni ha sido consultada para la aprobación de esta reforma. Por su parte, el
abogado Francisco Bertrand Galindo, otrora Ministro de Seguridad Pública,
durante un gobierno de ARENA, ha
manifestado que, en verdad los diputados no tenían que haber consultado con
nadie porque cuentan con los votos y porque además son los “representantes del
pueblo salvadoreño”.
Asimismo,
el mismo Bertrand Galindo ya ha afirmado que la anterior conformación política
de ARENA y del izquierdista FRENTE FARABUNDO MARTÍ PARA LA LIBERACIÓN
NACIONAL,- FMLN, en su oportunidad bloqueó el combate a la criminalidad.
Con esto viene a la mente la Teoría del Caos, misma como anillo al dedo para
lograr resultados favorables a los grupos en el poder. Como bien lo pregonan los
izquierdistas revolucionarios, un problema social jamás debe ser arreglado, mas
bien se debe alimentar el fuego con gasolina para agrandarlo en provecho
propio.
Lo
que sí parece indubitable es que se avizora una serie de reformas que pueden ir
siendo aprobadas y ratificadas periódicamente durante los próximos tres años.
Esto habrá, de seguro, de mantener ocupados a todos los grupos que están en
contra, así como los que están a favor.
Allá
por 2017, cuando diputada por ARENA,
la Señora Carmen Elena Calderón de Escalón, dijo en tono firme y con mucho
asomo de burla, dirigiéndose a unos diputados del FMLN, al momento que éstos reclamaban porque no se les tomaba en
cuenta para la aprobación de una ley, que cuando se tienen los votos se puede aprobar
lo que se desea en la Asamblea Legislativa. Y continuó diciéndoles,- palabras
más, palabras menos-: “Cuando sean ustedes quienes tengan los votos, se hará a
la manera como ustedes quieran.” Así, a modo de fuerte golpe de mallete, se le
dejaba en claro a los otrora guerrilleros que, en ello estribaba la “democracia
representativa”.
Como
apunte curioso, en su momento nunca se preguntó a los residentes en El Salvador
si querían que se dolarizara la economía. Una noche, en cadena nacional de
televisión, el entonces presidente Francisco Guillermo Flores Pérez,- ARENA-, apareció anunciando que a
partir del 01 de Enero del 2001, entraría en vigencia la Ley de Integración
Monetaria, misma que en teoría sería un bimonetarismo pero ya todos conocen la
historia de la dolarización. Muchas organizaciones opositoras protestaron y
alegaron que ello se había hecho inconsultamente, a espaldas del pueblo; sin
embargo, se tenía los votos de los diputados. Y así se puede recordar muchas
leyes más que han sido aprobadas en El Salvador, incluyendo la de la adopción
del Bitcoin como tercera moneda de curso legal en el país, que tampoco fue consultada
con los administrados, pero que a diferencia del dólar, no se obliga a nadie a
utilizarla.
Mientras
la dictadura militar se enraizó con firmeza en el territorio salvadoreño,- 1931
a 1979-, los grupos económicos de poder permanecieron cómplices aplaudiendo
porque gustaban de la forma que estaba llevando las riendas el gobierno. En ese
entonces, ellos jamás clamaron por educación, justicia y vivienda para el
pueblo, solo por citar unas. Hoy en día, se puede notar la falta de educación,
misma notoria: los gobernados están dispuestos a no privarse jamás de “saldo”
para sus teléfonos celulares, mas sí de medicamentos y otros insumos de primera
necesidad. Un pueblo educado debería ser capaz de reconocer sus genuinas
prioridades para una vida mejor, cualidad de la que no gozan en general los
salvadoreños.
Y con el paso
de los siglos, la frase “rasgarse las vestiduras” ha perdido su contexto de
duelo para ser utilizada a la hora de señalar a alguien que indigna con sus
actos o palabras y es que, quien señala, implícitamente alega no adolecer de
mácula ni ámpula alguna. Los políticos que presumen de impolutos, suelen rasgar
sus vestiduras al momento de atacar a sus adversarios. Y no siendo suficiente, los que presumen de límpidos, gustan
del cilicio y las cenizas para mostrar su verdadero “corazón arrepentido” y exhibirse
como los únicos capaces de hacer las cosas bien.
Está
muy arraigada la costumbre en este lado del mundo, de pretender la derrota del
contrincante político, buscando que éste fracase; una buena alternativa debería
ser la de hacer las cosas mejor que el oponente para así ganarse el favor de
los votantes.
A
modo de reflexión final, léase al Príncipe de Verona cuando reclama a dos
familias por largo tiempo enemistadas:
“Esta carta prueba las palabras del monje. En ella
se narran los incidentes de tales amores, la noticia de la muerte de Julieta, y
aquí escribe Romeo que adquirió de un pobre boticario un veneno, con el que
vino a esta cripta decidido a morir y reposar al lado de su amada. ¿Dónde están
esos enemigos? ¡Capuleto! ¡Montesco! ¡Miren qué castigo ha caído sobre sus
odios! ¡Los cielos han hallado modo de destruir vuestras alegrías por medio del
amor! ¡Y yo, por haber tolerado sus discordias perdí también a dos de mis parientes!
¡Todos hemos sido castigados!”
(Subrayar es propio)
¡Saque el lector sus propias conclusiones!
José Roberto Campos hijo
DOM 12 MAY 24
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