Con la seguridad de no incurrir en yerro, todas las personas
se cuestionan si hay vida después de la muerte, incluso muchas lo llaman “vida
después de la vida”, “vida futura”, “existencia post-mortem”, “vida en el más
allá” o “vida eterna”. También muchos piensan que una vez ocurrida la muerte,
todo cesa y no hay absolutamente nada más.
Algo parecido podría estar aconteciendo con el relevo en el
liderazgo del mundo actual, en el que aún muchos creen que solamente puede
haber un futuro del lado de Occidente, caso contrario, la humanidad se perdería
irremisiblemente en el más absoluto caos, pues nadie más que el bando occidental
del planeta tiene la capacidad para conducir, por las buenas o las malas, al
resto de la humanidad por el “buen y justo sendero”.
Según la idea que se ha pretendido vender desde Occidente, un
mundo que no sea liderado por éste es inconcebible e inviable pues cualesquiera
otra opción a la situación que se había venido viviendo hasta hace unos cuantos
años, es imposible. ¡Permitir un mundo multipolar solamente acarrearía un desorden
ingobernable!
Pero, ¿es posible una “vida después del imperio”?
En la época del recordado veneciano Marco Polo,- 1254–1324-, se
dijo que todo lo que éste narraba sobre los viajes que él, su padre y su tío
habían realizado, era falso, puras mentiras, porque “bien era sabido” que,
después de los Montes Urales, no existía más que brumas y el Purgatorio y por
tanto era una osadía, pena de anatema, viajar a esas tierras. Por supuesto, los
que eso aseveraban sí sabían que todo eso era falso y que había otra
civilización que vivía a su modo, feliz, y con otras creencias religiosas y no
pasaba nada.
Marco Polo había tenido el atrevimiento de viajar a Oriente,
y sirvió al gobernante mongol Kubilai Khan, entre los años 1275 y 1292, aproximadamente.
Sus aventuras, descripciones de los pueblos, lugares y sus costumbres son
relatadas en los escritos “Los viajes”. La obra causó sensación
y fué uno de los principales factores en la creación de una imagen duradera en
las mentes europeas de que China era una tierra fabulosa en riqueza y exótica, casi
demasiado fantástica para ser creíble.
En
su lecho de muerte, a Marco Polo se le pidió que dijera que todo lo que él
había narrado y escrito era una mentira, pero éste agregó que, lo que había
narrado era una ínfima parte de las maravillas que había visto.
La
verdad es que, para esos “nobles” detractores de Marco Polo, el daño causado al
poder imperante en Europa, fué realmente fuerte.
En
la actualidad, en Occidente se ha creado la ORGANIZACIÓN DEL TRATADO DEL ATLÁNTICO NORTE,- OTAN-, desde la
época de la guerra fría, precisamente para evitar el avance soviético sobre el
resto del mundo. ¡El resto de la historia es harto conocida!
Hoy en día, la OTAN cuenta con 29 países
miembros: Albania, Alemania, Bélgica, Bulgaria, Canadá, Chequia, Croacia,
Dinamarca, Estados Unidos de América, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, España,
Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo,
Montenegro, Noruega, Países Bajos, Polonia y Portugal.
Tras la invasión rusa a Ucrania, misma llamada
eufemísticamente “OPERACIÓN MILITAR
ESPECIAL”, los miembros de la OTAN,
han impuesto más de seis mil sanciones a Rusia. El problema grande que se está
dando ahora es que, parece ser que Rusia sabe cómo brindar certeros
contragolpes a Europa, precisamente con el gas que ésta precisa para su modo de
vida y que tiene su origen precisamente en las tierras de la nación invasora.
Pero, ¿la UNIÓN
EUROPEA,- UE-, y la OTAN están tan
cohesionadas como se ha pretendido dar a entender?
En forma sucinta: Caso Canadá y Alemania.
En estos últimos días, Rusia ha disminuido drásticamente el
envío de gas a Alemania y a otros países europeos, pretexto que hay una turbina
que necesita reparación en el gasoducto que abastece a estas naciones. Dicha turbina
ha sido reparada en Canadá, pero enviarla a Rusia implicaría un incumplimiento
de las sanciones impuestas a Rusia, además de una humillación clara de un
miembro de la OTAN. Entonces, Canadá
la envía a Alemania para que sea ésta quien la entregue a Rusia, pague las multas
por incumplir las sanciones y públicamente aparezca como la única humillada al enviar
a Rusia la turbina en comento.
¡Ah!, pero ya advirtió Rusia que, es muy probable que se
necesite reparar más turbinas por lo cual el suministro podría no ser el mejor.
Además, propone concluir la nueva línea en construcción del NordStream 2. ¡Parece
que sí sabe cómo golpear a Occidente!
Y, ¿el caso de Turquía?
Por su parte, es de todos bien sabido por ser hecho notorio,
que Turquía ha buscado la forma de mantener una postura casi neutral aunque muy
cercana a Moscú en este conflicto militar.
Hasta se ha llegado al punto que Rusia está estrechando lazos
con Irán y Turquía, a pesar de las sanciones con las que la alianza amenaza a ésta
por este comportamiento.
Hay que recordar el intento de golpe de estado en contra del presidente turco Recep Tayyip Erdoğan en el año 2016, patrocinado desde Occidente. Esto no lo olvida Erdoğan, quien sabe que las amenazas externas en realidad no le vienen de Rusia.
Es cierto que Turquía, se ha
enfrentado a Rusia en conflictos violentos en Azerbaiyán, Libia y Siria. Pero
Ankara no ha impuesto sanciones sobre el Kremlin, lo que la convierte en una
socia crucial para Moscú.
Turquía, aquejada por una inflación
disparada y una rápida depreciación de su moneda, también depende del mercado
ruso y espera con los brazos abiertos a los miles de turistas rusos que este
año no habrán de visitar Europa.
¿Qué está haciendo Hungría?
Parece ser que toda la situación de
la UE se está convirtiendo en algo
así como un “sálvese quien pueda”. La verdad es que, los gobiernos de cada país
tienen que velar por los votos de su electorado y no pueden sacrificar a sus
pueblos con un invierno venidero más frío de lo normal por la falta de gas ruso.
Los pueblos europeos, a fín de cuentas, parecen estar entendiendo que, ponerse
del lado de Ucrania, sancionando a Rusia, les implica sacar dinero de los
propios bolsillos de sus familias, solamente para que otro siga siendo líder único
en el mundo.
Hace un par de días, Hungría, por
medio de su Ministro de Relaciones Exteriores, Péter Szijjártó, ha corrido apresuradamente
a tocar la puerta a Moscú, buscando una forma de garantizar la seguridad energética
de su país, viéndose en la necesidad de solicitar con ese fin un suministro de
700 millones de metros cúbicos de gas adicionales, precisamente en momentos en
los que la UE se esfuerza por
reducir su dependencia del gas ruso.
“El Gobierno húngaro tomó la decisión
de comprar 700 millones de metros cúbicos adicionales de gas para garantizar la
seguridad del suministro energético del país”, declaró en Moscú, Szijjártó, en
una rueda de prensa con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.
El jefe de la diplomacia húngara tuvo
que reconocer que, “Europa enfrenta actualmente problemas de abastecimiento de
recursos energéticos”, pero a la vez aseguró que “el Gobierno húngaro está
obligado a garantizar, aún en estas condiciones, el suministro de energía del
país”.
Continuó Szijjártó: “Esto implica que
los húngaros puedan cocinar, que tengan agua caliente y puedan usar la
calefacción cuando eso sea necesario, que la industria húngara pueda funcionar
y los húngaros no pierdan sus empleos.” ¡Pragmatismo puro!
En ese sentido, afirmó que “nos guste
o no”, es imposible adquirir la cantidad de gas que requiere Hungría sin acudir
a los suministros rusos.
“Se puede soñar o inflar globos pero
la realidad es que sin las fuentes rusas es simplemente imposible adquirir esta
cantidad de gas adicional en Europa”, añadió.
“Todos saben perfectamente que los
acuerdos económicos no funcionan sin acuerdos políticos. Por ello mi objetivo
aquí es lograr que las negociaciones se lleven a cabo cuanto antes y que el
suministro arranque lo más pronto posible, porque el tiempo apremia ya que el
15 de Octubre comienza la temporada de invierno”, continuó diciendo.
Por su parte, Lavrov confirmó que su
colega expresó: “Esta solicitud será trasladada (a dirigentes rusos) y
estudiada inmediatamente”. ¡En realidad Rusia no es la apresurada ni apremiada
y sabe de sobra donde aprieta el zapato a las naciones europeas!
El jefe de la diplomacia rusa
aprovechó para arremeter contra “la política francamente rusófoba” de Occidente,
a la que acusó de obstaculizar la cooperación práctica entre los países y de “incrementar
inconteniblemente las sanciones sin analizar racionalmente las consecuencias
para sus propios países”.
“No estamos interesados en que este
tipo de cosas obstaculicen nuestra cooperación. Y buscaremos y encontraremos
soluciones que harán nuestra interacción en todas las ramas más independiente
de este tipo de caprichos e intentos de castigo”, afirmó Lavrov. ¿En serio?
Y la lista continúa, pues Grecia
parece también querer desmarcarse del apoyo que de ella se exige en la OTAN en contra de Rusia. Ante esto,
Ucrania ha amenazado con imponer sanciones a Grecia por las actividades de sus
empresas en Rusia, informó el periódico Vima.
“Hace unos días se envió una nota
diplomática ucraniana al Ministerio de Exteriores de Grecia, a través de la
cual se piden aclaraciones sobre siete empresas griegas que operan en Rusia”,
publicó el medio.
Las
actividades de estas empresas, según el diario, no están cubiertas por las
sanciones impuestas a Rusia a nivel de la UE,
tras el inicio de la operación militar rusa en Ucrania. ¡Hecha la ley, hecha la
trampa!
“A
pesar de ello, Ucrania amenazó con imponer sanciones a Grecia, un país que la
ha apoyado de manera directa, plena y clara, con el envío de armas y ayuda
humanitaria, con la acogida de refugiados, con la adopción de sanciones contra
Rusia”, indicó. ¡Ucrania parece hacer las veces de un limosnero con garrote!
También
señaló que el embajador de Ucrania en Atenas, Serguéi Shutenko, fué convocado
al Ministerio de Exteriores griego, donde “recibió comentarios muy duros”.
“Shutenko,
según la información, afirmaba que envió la nota respectiva a petición de su
país sin tener suficientes explicaciones sobre las fuentes de información de
las actividades de las empresas griegas”, comunicó. Según el medio, Kiev envía
notas a la Cancillería griega casi a diario.
Altos
funcionarios diplomáticos declararon al periódico que una serie de peticiones
ucranianas causaron preocupación y descontento en Atenas, porque, según ellos,
Kiev parece haber perdido toda la medida de lo que pide y cómo. ¡Cuando el
pánico cunde la gente no piensa!
Finalmente, parece ser que Arabia
Saudita, India, Irán, Turquía y China entre otros países, están surgiendo como
nuevos beneficiados, aliados y muy fortalecidos con toda esta situación.
Pero, ¿quién tiene la culpa de toda
esta debacle?
En su
momento, a pocos días de la invasión, el papa Francisco ha dicho que los
“ladridos de la OTAN a las puertas
de Rusia” quizás llevaron al presidente ruso, Vladímir Putin, a reaccionar mal
y desencadenar el conflicto. “Una ira que no sé decir si fué provocada, pero
facilitada quizás sí”, reflexionó el Pontífice durante una entrevista con el Corriere
della Sera.
Luego de
esas declaraciones, el papa Francisco pidió en varias ocasiones, ser recibido
en Moscú para reunirse con Putin y pedirle que detuviera la guerra en Ucrania.
Por supuesto, esa reunión era impensable para Putin y la misma jamás se
realizó.
¿Las sanciones
de Occidente a Rusia pueden haber sido, en la realidad, un disparo en el pié?
Para
cerrar, de nuevo la pregunta: ¿Hay vida después del imperio?
¡Saque
el lector sus propias conclusiones!
José
Roberto Campos hijo
DOM
24 JUL 22