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domingo, 5 de diciembre de 2021

SEPARACION DE PODERES

 



SEPARACION DE PODERES


La Separación de Poderes,- División de Poderes-, es una estructura organizativa de los estados basada en el reparto de los poderes de ejecución, decisión y control en tres ámbitos: El Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Éste fué materializado, entre otros, por el filósofo político francés, Barón de Montesquieu, quien en 1748 escribió “El espíritu de las leyes”, identificando esos tres poderes del Estado. El propósito de dicha distinción es evitar que una sola persona o un grupo, concentre en sus manos dichos poderes.

 

Cada uno de los poderes tiene una competencia delimitada: Corresponde al Poder Ejecutivo, administrar y gobernar; al Poder Legislativo, elaborar y aprobar las leyes; y al Poder Judicial, juzgar y hacer cumplir las órdenes de los jueces, así como dirimir las diferencias entre los otros dos poderes.

 

En la época que tocó vivir a Montesquieu, la mayoría del territorio europeo estaba gobernado por monarquías absolutas. De esto, el gobernante acumulaba prácticamente todo el poder. Sin embargo, los gobernados que tenían más poder económico, pedían una cuota mayor de poder a la hora de tomar decisiones que les afectaban.

 

En 1789 la Revolución Francesa terminó con el abuso de poder por parte de la monarquía y la nobleza del país, sentando así una tendencia que luego se extendería por el resto de Europa con el pasar de unos cuantos años. De nuevo, tal como alegado en anteriores ocasiones: ¡Las tendencias no pueden ser detenidas, cuando mucho frenadas temporalmente!

 

El 27 de Agosto de 1789, la Asamblea publicó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, documento en el que se definían los derechos personales y los de la comunidad.

 

Así, la independencia, división y separación de los tres poderes del Estado, supone una garantía para que no se produzcan abusos o injusticias por parte de los gobernantes. Esa separación ha sido recogida en la mayoría de las Constituciones de los Estados democráticos del siglo XIX y todavía hoy está presente en las constituciones de muchos países y en las vidas de sus ciudadanos.

 

El ejercicio del poder tiene como soporte al Estado y para hacerlo efectivo se requiere de personas que ejerzan actos de voluntad. Dichas personas poseen poder estatal y lo deben ejercer dentro de las competencias y límites que la Constitución y las leyes les reconocen. A partir de esto, las personas que ejercen dichas competencias son consideradas como componentes de los órganos de Estado, en la medida que ocupan y ejercen los roles para los cuales han sido electos.

 

En la Constitución actual del Estado Salvadoreño, para no ir tan lejos en la exposición, el Poder Judicial es elegido por el Poder Legislativo, luego de una serie de “negociaciones” que no son más que meros arreglos y componendas entre los partidos políticos que conforman la ASAMBLEA LEGISLATIVA,- AL-. Así, se logra la conformación de un Poder Judicial que no se “excederá” en sus funciones y no dejará caer el peso de la justicia sobre ninguno de los integrantes de los partidos políticos que lo ha electo. ¿Cómo se puede esperar un Poder Judicial independiente y que actúe conforme a Derecho bajo esa forma de “elección”?

 

Luego, en la situación actual, con un estado de cosas que muchísimos creían improbable, el partido NUEVAS IDEAS,- NI-, logró hace unos meses, 56 de 84 diputados, electos democráticamente, más otros 8 diputados de partidos afines. Por otra parte, los dos radicales opositores a los que el electorado ha brindado un voto de castigo nunca visto y ejemplar, la derechista ALIANZA REPUBLICANA NACIONALISTA,- ARENA-, logró 14 diputados, y el otrora guerrillero FRENTE FARABUNDO MARTI PARA LA LIBERACION NACIONAL,- FMLN-, se hizo con apenas 4 diputados.

 

Algo que no necesita mucha investigación, de absoluto dominio público es que, en el Estado de El Salvador, está institucionalizado el hecho que jamás ha existido la Separación de Poderes. ¡Nunca!

 

Entonces,… ¿es justificado que no exista División de Poderes en El Salvador? ¿Necesario excogitar?

 

Los partidos que antes han obtenido ganancia y provecho de la situación vigente, ahora se rasgan las vestiduras y se dan golpes de pecho pretendiendo exhibir una inmaculada pureza tan solo creída por algunos. Por otra parte, los diputados del partido ganador, aprovechan su calidad de vencedores absolutos y se muestran conformes y olvidan cambiar las cosas que prometieron erradicar.

 

Un curioso gran problema: La elección de los miembros del Poder Judicial, así como el Fiscal General de la República, la Corte de Cuentas y otros, son, de acuerdo a la Constitución Salvadoreña, elegidos por la AL,- Poder Legislativo-.

 

En un momento dado, la entonces diputada Carmen Elena Calderón de Escalón, de ARENA, hace algunos años, ante la arremetida de varios diputados del FMLN, quienes exigían se les tomara en cuenta para la toma de ciertas importantes decisiones, les respondió,- palabras más, palabras menos-, que esas eran la reglas y que los ganadores eran ellos,- los de ARENA-, y que debían aguantarse y esperar a tener más diputados.

 

Ante cámaras, narró una vez el recién fallecido exdiputado, Juan José Martell, por CAMBIO DEMOCRATICO,- CD-, quien en su momento estuvo como único diputado por ese instituto político, haber dicho a los diputados de ARENA, recién electos para la presente AL: “Ahora ya van a saber lo que es estar hablando sin ser tomados en cuenta.”

 

Pero,… ¿qué hacer para que se pueda lograr una Separación de Poderes en este territorio? ¿Se debería conceder a los partidos perdedores la potestad de ser éstos los que designen a los funcionarios que deban desempeñar cargos de elección de segundo grado a fín de equilibrar el poder que no se ha logrado en las votaciones? De nuevo, ¿necesario excogitar?

 

¿Acaso no sería entonces mejor una Constitución que permita que todos esos funcionarios escogidos en elección de segundo grado por el Poder Legislativo, fueran electos por voto popular?

 

Pero,… otra hipotética pregunta: ¿Qué sucedería si el electorado vuelve a decantarse por favorecer candidatos de la tendencia del partido NI? ¿A quién se echaría entonces en cara esa no División de Poderes?

 

Y,…, un cuestionamiento absurdo, ¿qué tal si se impone un número límite a la cantidad de diputados que un partido político pueda ganar en votaciones?

 

Ante tal estadio actual de las cosas, algo ha quedado muy expuesto y es que, la democracia es del agrado del poderoso extranjero y nacional, siempre y cuando la decisión del electorado sea del agrado y conveniencia de ellos.

 

¡Parece ser que el tema en comento solo conduce a una mera tautología, como si resultare de una parasomnia o de un estado hipnagógico!

 

 

 

¡Saque el lector sus propias conclusiones!

 

 

 

José Roberto Campos hijo

DOM 05 DIC 21