EL GATO CON BOTAS
(Ilustración del siglo XIX)
Una historia que sin duda alguna el
lector ha escuchado y/o leído más de una vez en su vida, es “El gato con
botas”,- “Il gatto con gli stivali” o “Cagliuso”, en lengua italiana; “Le chat
botté”, en francés-, cuento popular de origen europeo. Esta narrativa fué
primeramente recopilada a inicios del siglo XVI por Giovanni Francesco
Straparola, y luego por Charles Perrault, bajo el título de “El gato maestro”.
Antes de Perrault, ya había sido presentado por Giambattista Basile como “Cagliuso”.
Tras el reparto de la
herencia de un pobre molinero, éste dejó a su hijo menor, a modo de legado,
únicamente un gato. La decepción del vástago fué tremenda y, hasta consideró
comérselo para no morir de hambre. Sin embargo, la gran sorpresa fué que, el
famoso gato tenía la facultad de hablar y se las podía de todas, todas. El gato
dijo a su nuevo amo que, no se preocupara y que tan solo le proporcionara una
bolsa y un par de botas para caminar en el campo más comodamente y entonces
vería que él,- el gato-, como herencia, no era tan poca cosa.
El
joven heredero no lo pensó mucho y entregó lo solicitado al gato. Éste,
elegantemente calzado, con la bolsa atada al cuello, como primera tarea cazó un
conejo y luego acudió a presentar su caza al palacio del rey: “He acá, Majestad,
un conejo de campo que el Señor Marqués de Carabás,- nombre ficticio para su
amo-, me ha encargado ofrecerle de su parte.” Luego, con un par de perdices y
otros regalos de parte del mismo “marqués”, el gato con botas estuvo pronto en
disposición de saber cuándo el rey y su hermosa hija pasearían por la ribera
del río:
“Si seguís mi
consejo podréis hacer fortuna,- dijo el gato a su amo-; no tenéis más que
meteros en el río en el lugar que yo os indique y después dejadme actuar.”
Así sigue el conocido
instante dentro de la fábula en la que el gato gritaba “¡Socorro! ¡Auxilio!
¡Qué se ahoga el Marqués de Carabás!”
De esta
forma, el joven hijo del molinero, acaba vestido en finos y elegantes ropajes y
subido al coche del propio rey. El gato se adelantó entonces a la comitiva real
y se dirigió a las tierras de un poderoso ogro.
El gato dijo
a los campesinos que trabajaban en esas tierras: “Buena gente que estáis
cosechando, si no decís que todos estos campos pertenecen al Marqués de
Carabás, os haré picadillo como carne de budín.” Cuando el carruaje del rey
pasó junto a los campesinos y éste preguntó quién era el dueño de aquellas
tierras, todos ellos respondieron: “Son del Señor Marqués de Carabás.”
En el
interín, el gato llegó al palacio del ogro y pidió audiencia. Los guardias, sorprendidos
por el gato parlante, abrieron la puerta inmediatamente y lo llevaron ante su
señor.
Al estar
sentados el gato y el ogro, aquél dijo: “Me han asegurado que vos teníais el
don de convertiros en cualquier clase de animal; que podíais, por ejemplo,
transformaros en león, en elefante.” Halagado, el ogro dijo que ello era
cierto, y se transformó en el acto en un rugiente león para demostrar sus
habilidades. El gato lo desafió entonces a transformarse en un animal muy
pequeño, “en un ratón”. Ansioso por impresionar a su invitado, el ogro
respondió convirtiéndose en ratón, pero tan pronto como lo hizo el gato lo tomó
por la cola y se lo tragó entero.
Reclamó
entonces el gato el palacio del ogro como hogar para el recién nombrado Marqués
de Carabás y recibió al rey con su hija. Al final el Marqués consigue casarse
con la princesa, y “el gato se convirtió en gran señor, y ya no corrió tras los
ratones sino para divertirse”.
El anterior
cuento es en extremo muy popular; sin embargo la moralidad de la fábula es en
extremo dudosa, o ninguna en lo absoluto.
Todo el éxito
del joven heredero está basado en una vil cadena de mentiras tejida por un gato
sin escrúpulo alguno. En realidad, el heredero se vuelve copartícipe de la
trama ideada por su felino amigo y goza de los “frutos” de toda la artimaña.
Si algo queda
en claro de esta narrativa, es que a modo de apología, queda en claro que, “El
gato con botas”, deja como clara lección que el engaño y la mentira dan
beneficios más rápida y generosamente que el trabajo duro y el talento.
Para algunos,
la nota más grotesca y antiética, se da cuando el gato amenaza a los campesinos
que trabajan para el ogro, obligándoles a decir que laboran para el Marqués de
Carabás. En una versión moderna, esta situación se presenta suavizada y
atenuada, cuando el gato llega a un acuerdo con los campesinos por el que si
dicen ser siervos del Marqués de Carabás entonces él los librará de la tiranía
del cruel ogro.
En otras
interpretaciones el gato con botas representa el juego de la naturaleza
racional y animal en el destino del hombre. El gato es un animal humanizado que
camina erguido y hasta habla; es un animal que razona y que libera sus
instintos cuando en la historia amenaza a los campesinos y se come al ogro
trasformado en roedor.
¡En la
actualidad, muchísimas personas, políticos y gobernantes echan mano de
estrategias similares! ¿El fín justifica los medios?
¡Saque el lector sus propias
conclusiones!
Jose Roberto Campos hijo
DOM 18 AGO 19