MAURICIO RAMIREZ LANDAVERDE
MINISTRO DE JUSTICIA Y SEGURIDAD PUBLICA
Respetado lector, ¿cree usted que se
puede considerar al Estado de El Salvador un Estado Fallido?
Antes de responder, conteste usted
las siguientes preguntas, relativas a qué características son necesarias para
definir a un estado como fallido:
1) ¿Se ha perdido el control del
territorio nacional y/o del monopolio en el uso legítimo de la fuerza?
2) ¿Existe una erosión de la
autoridad legítima en la toma de decisiones?
3) ¿Hay una incapacidad para suministrar
los servicios básicos?
4) ¿Existe un fracaso social,
político y económico, por la existencia de un gobierno débil o ineficaz y con
poco control territorial?
5) ¿Hay altos niveles de corrupción y
criminalidad con desafíos a la autoridad e ineficacia judicial?
Sin pasionismo, ¿cuántas de las
anteriores preguntas ha respondido usted en forma afirmativa?
Desde el año 2010, el Fondo por la Paz,-
Fund for Peace-, de los Estados Unidos de América, ya tenía en la
lista de espera para ingresar al “selecto” grupo de Estados Fallidos, a México
y a El Salvador.
Tanto los
gobiernos derechistas de ALIANZA REPUBLICANA NACIONALISTA,- ARENA-, como los de
corte izquierdista del FRENTE FARABUNDO MARTI PARA LA LIBERACION NACIONAL-,
FMLN-, han fracasado rotundamente en sus esfuerzos,- reales o ficticios-, para
terminar de una vez por todas con el problema de las pandillas,- “maras”-, en
el Estado de El Salvador.
ARENA implantó en su momento,- Francisco
Guillermo Flores Pérez (1999–2004) y Elías Antonio Saca González (2004–2009)-, los
planes “Mano Dura” y “Súper Mano Dura”, respectivamente, como estrategias para
combatir la delincuencia y las pandillas. ¡Ambos planes han sido en su momento un
total fracaso!
En términos de violencia y delito, Mano Dura
y Súper Mano Dura arrojaron resultados negativos, intensificándose la violencia.
Aumentaron los delitos vinculados a las maras incluyendo de manera creciente
los secuestros y extorsiones.
Por otra parte, el encarcelamiento masivo de
los mareros facilitó la articulación de redes delictivas en el interior de los
centros penales, y la formación de estructuras más jerárquicas y mejor
organizadas.
Algo quedó muy claro: Cuando se declara la
guerra a los criminales, éstos se organizan, en las cárceles se organizan mucho
mejor y el derramamiento de sangre no termina.
Luego, tras la llegada del primer gobierno
del FMLN,- Carlos Mauricio Funes Cartagena (2009–2014)-, salió a la luz pública el escándalo de la “tregua” entre
las pandillas, con el beneplácito del gobierno central.
Y para
terminar de adornar el pastel con una linda cereza, hace unos días, se ha
sabido que, recientemente ha habido otro conato de “tregua”, también apadrinado
por el segundo gobierno del FMLN,- Salvador Sánchez Cerén (2014–)-. Esto, a
pesar de estar en marcha el innovador “Plan El Salvador Seguro”,- PES-.
Y hace un par
de días, se desayunan los residentes del Estado de El Salvador, con una notica
que en nada asombra, pero que en mucho indigna a éstos: El Ministro de Justicia
y Seguridad Pública, Mauricio Ramírez Landaverde, aseveró que, la
recuperación de los territorios ocupados por pandillas es un trabajo que puede
llevar cinco años o más.
Este funcionario
señaló que el aspecto clave para dar seguridad a las comunidades controladas
por pandilleros es que las familias vuelvan a empoderarse y pierdan el miedo.
(¿?)
El funcionario
ha celebrado en los últimos días los resultados del PES. En cuanto a la
intervención de los municipios priorizados, asegura que ha tenido buenos
resultados en la disminución de homicidios, y que la tendencia del número de
asesinatos este año continúa a la baja, respecto al año pasado.
Es muy cierto
que los homicidios han disminuido, pero lo que los gobernados desean no es el
sesenta por ciento de homicidios, si no que esta vorágine de crímenes
desaparezca y la guerra civil, en esta nueva etapa, termine de una vez por
todas.
El Consejo
Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana lanzó recientemente una tercera
fase del PES, añadiendo 24 municipios a la lista de los territorios priorizados
para la intervención represiva y preventiva por parte del gobierno, sumando ya 50
municipios en dicha lista.
En la
actualidad, en la mayoría de los territorios tomados por las pandillas las
personas que ingresan deben seguir un protocolo impuesto, tal como, apagar las
luces del carro y conducir a baja velocidad, por ejemplo.
¡Landaverde reconoció la existencia de muchos
lugares en los que se vive de esta manera!
Agregó que, el temor de la población a la no
denuncia es lo que ha provocado tal situación, por ello dijo que lo que se debe
hacer es “empoderar”,- verbo de origen izquierdista a tono con el famoso “todos
y todas”-, a las comunidades para que sean lo gestores de su propia seguridad
en alianza con la corporación policial.
En días pasados ha circulado una noticia
sobre el desalojo de la delegación policial de San Idelfonso, Departamento San
Vicente, aduciéndose el no pago del alquiler. Ante esto último, Ramírez
Landaverde respondió que, el inmueble ocupado por la Policía estaba en comodato
y que por un litigio entre la municipalidad de la localidad y terceros se tuvo que
desalojar.
Por otra parte dijo que, la mayoría de
noticias que circulan por las redes sociales son falsas, respecto a la
situación precaria en la que desempeñan su labor los agentes. “Hace falta
muchos recursos y trabajamos bajo planes de austeridad,” expresó.
De nuevo, estimado lector, lea las primeras
cinco preguntas y vuelva a contestarlas. ¿Cuántas respuestas afirmativas?
¿Serán capaces los gobernados del Estado de
El Salvador de soportar otros cinco años,- con el gobierno del partido que
sea-, con pandillas “empoderándose” cada vez más y más en el territorio, en la
política y en la sociedad.
¡Saque el lector sus propias conclusiones!
José Roberto Campos hijo
DOM 19 NOV 17
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