PUTIN Y TRUMP
ALASKA 2025
El
pasado día viernes, al presidente de la FEDERACIÓN
RUSA –RUSIA–, Vladimir Vladímirovich Putin, se le veía con un rostro muy
feliz y sonriente, al momento de intervenir en la conferencia de prensa luego
de la reunión en ALASKA 2025 con su
homólogo de los ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA –EE. UU.–, Donald John Trump. Después de la intervención de Putin,
Trump manifestaba que, aún no se han alcanzado acuerdos pero que la reunión había
sido en extremo de mucho provecho.
Por
su parte, en los días anteriores, Volodímir
Oleksándrovich Zelenski, presidente de UCRANIA,
había andado de la Ceca a la Meca, haciendo esfuerzos, visitando a sus “socios”
europeos, para impedir la reunión entre Putin y Trump, alegando que ningún
acuerdo sobre la guerra en UCRANIA
podía ser válido si no participaban en las negociaciones su país y sus “socios”,
lo cual es –en parte– valedero al menos para que se tome en cuenta a este país.
¡A pesar de lo anterior, al final siempre no lo invitaron ni tomaron en cuenta,
como tampoco a los “socios”!
Putin fue recibido con alfombra roja en ALASKA –otrora territorio ruso hasta 1867 cuando vendido por el Zar
Alejandro II a EE. UU. a tan solo
US$7.2 millones de aquella época–. Trump se ha portado como todo un buen
anfitrión recibiendo a Putin calurosamente, mas –por supuesto– no perdiendo la
oportunidad para mostrar el poderío aéreo estadounidense con el sobrevuelo
sobre ellos dos, de un imponente bombardero B–2, flanqueado por cuatro F–22.
Trump ha dicho que, habrá de comunicar a Zelenski y a los
europeos, los avances obtenidos para la “aprobación” del ucraniano. Aunque, en
caso que éste no esté de acuerdo, parece que deberá enfrentar sólo –con el
respaldo de sus “socios”– a RUSIA,
pudiendo entonces enfrentar una pérdida aún mayor o… total.
Uno de los argumentos de Zelenski y los europeos es que, esta
situación actual es muy similar a cuando ALEMANIA,
en 1938, exigía la entrega del territorio de los sudetes de CHECOSLOVAQUIA, para que no hubiera
guerra y, al final hubo guerra. Sin embargo, acá la situación es diametralmente
opuesta: RUSIA se quedaría con los
territorios ya conquistados –y otros más– en UCRANIA a cambio de ya no continuar la guerra y –por supuesto–
otras condiciones tales como la neutralidad de ésta.
Por supuesto, lo más probable es que Zelenski responda
negativamente e insistir en su brindis al sol, exigiendo la retirada inmediata
de RUSIA, como condición previa al
establecimiento de conversaciones de paz –es preciso recordar que él no tiene las
cartas para demandar y exigir, como ya se lo ha dicho Trump antes–.
Ya en anteriores escritos se ha comentado sobre el
tratado para la construcción del Canal de Panamá: Tratado Hay-Bunau Varilla, suscrito
entre PANAMÁ y EE. UU. el día 18 de noviembre de 1903. Este tratado otorgó a esta
nación, el control de la Zona del Canal para la construcción y administración
de la nueva vía acuática.
En esos días, los miembros de la delegación
panameña, presidida por Phillippe Bunau-Varilla, llegaron a EE. UU., cargados de optimismo y pensando
que llegaban a negociar un tratado para que se construyera en su país dicha
obra. La verdad es que Bunau-Varilla solamente llegó a firmar. ¡Un mero
contrato de adhesión!
Y, algunos años antes:
Aunque no era ingeniero de profesión, el artífice
principal del Canal de Suez fue Ferdinand de Lesseps, un diplomático y
empresario francés. Éste fue el encargado de organizar y supervisar la
construcción de dicha obra desde 1859 hasta 1869. ¡Todo un éxito!
Con este gigantesco antecedente en su curriculum,
Lesseps fue comisionado para la construcción de un canal en PANAMÁ, que condujo a miles de
inversionistas franceses –quienes se decantaron por invertir a ciegas en esta
nueva empresa– a un desastre financiero. ¿Qué podía salir mal en esta nueva
empresa dirigida por el padre del Canal de Suez? ¡En apariencia no había “pierde”!
Para infortunio, esta nueva obra ofrecía un reto
nunca antes enfrentado: topografía irregular, terrenos inestables, clima
lluvioso, selva impenetrable, malaria y otras enfermedades, alem de un
gigantesco escándalo político y de corrupción.
Hasta el día de hoy, después de este gigantesco
fracaso de Lesseps en PANAMÁ, su
nombre se volvió infame, objeto de un repudio general e indignación nacional.
¡Una gran debacle financiera y una gigantesca pérdida en vidas humanas!
Regresando a los días actuales:
Hace un poco más de tres años y medio –antes del 24
de febrero de 2022– Zelenski había ya llegado
a un acuerdo con RUSIA, dando ciertas
concesiones a ésta, tales como neutralidad por medio de un compromiso de no
ingresar a la ORGANIZACIÓN DEL TRATADO
DEL ATLÁNTICO NORTE –OTAN–, autonomía a regiones de habla rusa en el este
del país, desmilitarización y otras. Lamentablemente, los países occidentales,
endulzaron el oído del ucraniano y le dijeron que no firmara y que ellos darían
todo el apoyo para una eventual guerra contra RUSIA y que luego –gracias a severas sanciones económicas– ésta
acabaría siendo derrotada y balcanizada –fraccionada como la extinta YUGOSLAVIA–. ¡En principio, la pensada
parecía buena y prometedora!
Hoy, luego de casi 42
meses de guerra, tras miles de muertos rusos y muchísimos más ucranianos y
varios cientos de europeos, así como mercenarios, EE. UU. y RUSIA –las dos
grandes potencias nucleares del mundo– se encaminan a llegar a un acuerdo,
aceptando que ésta se quede con territorios ya conquistados –y parece que también
otros en los que no ha puesto aún la bota el soldado ruso–.
El amor propio –el ego–
y la etapa de negación por la que atraviesan Zelenski y sus “socios” europeos,
les obnubila la mente. RUSIA no
puede perder esta guerra pues ello implicaría al final el cese de la existencia
de ésta y ya lo dijeron claramente sus líderes: eso no va a suceder jamás, pues
ante una situación tal, se verán en la necesidad de recurrir al uso de las
armas nucleares. Por otra parte, ¡CHINA
tampoco lo permitirá!
Una TERCERA GUERRA MUNDIAL no es
conveniente para la humanidad. Pero, entonces, ¿cómo explicará Zelenski a su
pueblo que debe aceptar la derrota y pérdida de territorio, luego que todo
occidente vendía la publicidad que RUSIA
estaba perdiendo la guerra? Bueno, tal vez con un discurso ambiguo y eufemístico,
muy al estilo del pronunciado por el Emperador Hirohito cuando la voz de éste fue
escuchada por primera vez por su pueblo a través de las ondas hertzianas al
momento de anunciar la rendición: “La guerra no ha sido del todo propicia para
el Japón.”
Para más INRI,
Zelenski y su círculo de gobierno y poder, han sido exhibidos por la gran
corrupción ostentada por ellos y denunciada por los mismos socios occidentales.
Parece ser que se ha
llegado al reconocimiento del establecimiento de un mundo multipolar. ¡Ahora ya
se conoce cómo –en el caso que atañe– la Trampa de Tucídides ha resultado!
El nombre de Volodímir Oleksándrovich
Zelenski parece cobrar mucha similitud con el de Phillippe
Bunau-Varilla y –lo peor– con el de Ferdinand de Lesseps.
Zelenski no ha sido el héroe de la historia
–película– pues calculó mal y acarreó la ruina a su país, esto sin importar que
él se excuse en el hecho que la guerra le ha sido impuesta a su nación y que es
un inmerecido premio para RUSIA y
que en verdad occidente ha ganado la guerra –discutible porque a un perdedor no
se le reconocen conquistas territoriales–. ¡Lo doloroso de las guerras es que
prevalece la fuerza, no la razón ni la justicia!
Zelenski alega además que, la constitución
ucraniana no le permite “ceder” territorios –no los cedería pues ya los perdió–.
Si la memoria no engaña, nunca se le preguntó a ALEMANIA, JAPÓN ni a ITALIA
cuando se rindieron en la SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL, si sus constituciones les permitían rendirse incondicionalmente y
si podían ceder y/o perder territorios, como en el marcado caso alemán.
En occidente, se pretende mostrar la reunión entre
Putin y Trump como un total fracaso, guardando aún la esperanza que la guerra
continúe y anhelando que EE. UU. y RUSIA se enfrenten militarmente.
Al final de la despedida ante la prensa, luego que
Trump dijera que deberán volver a reunirse pronto, Putin replicó: “La próxima
vez en Moscú.” Lo cual corresponde por cortesía y protocolo.
Por su parte, Trump atinó a responder: “Es
interesante. Voy a recibir un poco de críticas por eso, pero puedo imaginar que
eso suceda.”
Para el día de mañana, Zelenski ha sido llamado a Washington,
D. C., para que el presidente Trump le “explique” todo lo que se ha discutido con
RUSIA.
En desespero evidente, los socios europeos de Zelenski, se
han invitado solos y han pedido ser recibidos también. Esto, para acuerpar al
ucraniano para que no esté sólo; sin embargo, ya Trump les ha dicho que pueden
llegar, pero que la reunión de él con Zelenski será antes y solo ellos dos sin
los europeos, como cuando apartó a Macrón en el Vaticano hace algunos meses.
La postura de Trump hace que venga a la mente
Margaret Hilda Thatcher –primera ministra británica cuando la guerra de las
Malvinas– con un par de frases famosas pronunciadas por ella en tal ocasión:
“La dama no está para vueltas” y “Yo no inicié esta guerra, pero juro que la terminaré.”
Hay dos locuciones latinas que deben ser recordadas
en este momento y que no necesitan mayor explicación, precisamente por encerrar
mucha sabiduría:
“Melius est malum
pactum quam bona lis”, traducida como:
“Mejor un mal pacto –arreglo– que un buen pleito.”
Y,
“Melior
tutiorque est certa pax quam sperata victoria”, frase atribuida a Tito Livio, y traducida como: “Mejor y
más seguro es una paz cierta que una victoria esperada.”
¡Saque el lector sus
propias conclusiones!
José Roberto Campos
hijo
DOM 17 AGO 25
¡Gracias por leer y
compartir este escrito!
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