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domingo, 17 de agosto de 2025

CUMBRE ALASKA 2025



 

PUTIN Y TRUMP

ALASKA 2025

 

El pasado día viernes, al presidente de la FEDERACIÓN RUSA –RUSIA–, Vladimir Vladímirovich Putin, se le veía con un rostro muy feliz y sonriente, al momento de intervenir en la conferencia de prensa luego de la reunión en ALASKA 2025 con su homólogo de los ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA –EE. UU.–, Donald John Trump. Después de la intervención de Putin, Trump manifestaba que, aún no se han alcanzado acuerdos pero que la reunión había sido en extremo de mucho provecho.

 

Por su parte, en los días anteriores, Volodímir Oleksándrovich Zelenski, presidente de UCRANIA, había andado de la Ceca a la Meca, haciendo esfuerzos, visitando a sus “socios” europeos, para impedir la reunión entre Putin y Trump, alegando que ningún acuerdo sobre la guerra en UCRANIA podía ser válido si no participaban en las negociaciones su país y sus “socios”, lo cual es –en parte– valedero al menos para que se tome en cuenta a este país. ¡A pesar de lo anterior, al final siempre no lo invitaron ni tomaron en cuenta, como tampoco a los “socios”!

 

Putin fue recibido con alfombra roja en ALASKA –otrora territorio ruso hasta 1867 cuando vendido por el Zar Alejandro II a EE. UU. a tan solo US$7.2 millones de aquella época–. Trump se ha portado como todo un buen anfitrión recibiendo a Putin calurosamente, mas –por supuesto– no perdiendo la oportunidad para mostrar el poderío aéreo estadounidense con el sobrevuelo sobre ellos dos, de un imponente bombardero B–2, flanqueado por cuatro F–22.

 

Trump ha dicho que, habrá de comunicar a Zelenski y a los europeos, los avances obtenidos para la “aprobación” del ucraniano. Aunque, en caso que éste no esté de acuerdo, parece que deberá enfrentar sólo –con el respaldo de sus “socios”– a RUSIA, pudiendo entonces enfrentar una pérdida aún mayor o… total.

 

Uno de los argumentos de Zelenski y los europeos es que, esta situación actual es muy similar a cuando ALEMANIA, en 1938, exigía la entrega del territorio de los sudetes de CHECOSLOVAQUIA, para que no hubiera guerra y, al final hubo guerra. Sin embargo, acá la situación es diametralmente opuesta: RUSIA se quedaría con los territorios ya conquistados –y otros más– en UCRANIA a cambio de ya no continuar la guerra y –por supuesto– otras condiciones tales como la neutralidad de ésta.

 

Por supuesto, lo más probable es que Zelenski responda negativamente e insistir en su brindis al sol, exigiendo la retirada inmediata de RUSIA, como condición previa al establecimiento de conversaciones de paz –es preciso recordar que él no tiene las cartas para demandar y exigir, como ya se lo ha dicho Trump antes–.

 

Ya en anteriores escritos se ha comentado sobre el tratado para la construcción del Canal de Panamá: Tratado Hay-Bunau Varilla, suscrito entre PANAMÁ y EE. UU. el día 18 de noviembre de 1903. Este tratado otorgó a esta nación, el control de la Zona del Canal para la construcción y administración de la nueva vía acuática.

 

En esos días, los miembros de la delegación panameña, presidida por Phillippe Bunau-Varilla, llegaron a EE. UU., cargados de optimismo y pensando que llegaban a negociar un tratado para que se construyera en su país dicha obra. La verdad es que Bunau-Varilla solamente llegó a firmar. ¡Un mero contrato de adhesión!

 

Y, algunos años antes:

 

Aunque no era ingeniero de profesión, el artífice principal del Canal de Suez fue Ferdinand de Lesseps, un diplomático y empresario francés. Éste fue el encargado de organizar y supervisar la construcción de dicha obra desde 1859 hasta 1869. ¡Todo un éxito!

 

Con este gigantesco antecedente en su curriculum, Lesseps fue comisionado para la construcción de un canal en PANAMÁ, que condujo a miles de inversionistas franceses –quienes se decantaron por invertir a ciegas en esta nueva empresa– a un desastre financiero. ¿Qué podía salir mal en esta nueva empresa dirigida por el padre del Canal de Suez? ¡En apariencia no había “pierde”!

 

Para infortunio, esta nueva obra ofrecía un reto nunca antes enfrentado: topografía irregular, terrenos inestables, clima lluvioso, selva impenetrable, malaria y otras enfermedades, alem de un gigantesco escándalo político y de corrupción.

 

Hasta el día de hoy, después de este gigantesco fracaso de Lesseps en PANAMÁ, su nombre se volvió infame, objeto de un repudio general e indignación nacional. ¡Una gran debacle financiera y una gigantesca pérdida en vidas humanas!

 

Regresando a los días actuales:

 

Hace un poco más de tres años y medio –antes del 24 de febrero de 2022– Zelenski​ había ya llegado a un acuerdo con RUSIA, dando ciertas concesiones a ésta, tales como neutralidad por medio de un compromiso de no ingresar a la ORGANIZACIÓN DEL TRATADO DEL ATLÁNTICO NORTE –OTAN–, autonomía a regiones de habla rusa en el este del país, desmilitarización y otras. Lamentablemente, los países occidentales, endulzaron el oído del ucraniano y le dijeron que no firmara y que ellos darían todo el apoyo para una eventual guerra contra RUSIA y que luego –gracias a severas sanciones económicas– ésta acabaría siendo derrotada y balcanizada –fraccionada como la extinta YUGOSLAVIA–. ¡En principio, la pensada parecía buena y prometedora!

 

Hoy, luego de casi 42 meses de guerra, tras miles de muertos rusos y muchísimos más ucranianos y varios cientos de europeos, así como mercenarios, EE. UU. y RUSIA –las dos grandes potencias nucleares del mundo– se encaminan a llegar a un acuerdo, aceptando que ésta se quede con territorios ya conquistados –y parece que también otros en los que no ha puesto aún la bota el soldado ruso–.

 

El amor propio –el ego– y la etapa de negación por la que atraviesan Zelenski y sus “socios” europeos, les obnubila la mente. RUSIA no puede perder esta guerra pues ello implicaría al final el cese de la existencia de ésta y ya lo dijeron claramente sus líderes: eso no va a suceder jamás, pues ante una situación tal, se verán en la necesidad de recurrir al uso de las armas nucleares. Por otra parte, ¡CHINA tampoco lo permitirá!

 

Una TERCERA GUERRA MUNDIAL no es conveniente para la humanidad. Pero, entonces, ¿cómo explicará Zelenski a su pueblo que debe aceptar la derrota y pérdida de territorio, luego que todo occidente vendía la publicidad que RUSIA estaba perdiendo la guerra? Bueno, tal vez con un discurso ambiguo y eufemístico, muy al estilo del pronunciado por el Emperador Hirohito cuando la voz de éste fue escuchada por primera vez por su pueblo a través de las ondas hertzianas al momento de anunciar la rendición: “La guerra no ha sido del todo propicia para el Japón.”

 

Para más INRI, Zelenski y su círculo de gobierno y poder, han sido exhibidos por la gran corrupción ostentada por ellos y denunciada por los mismos socios occidentales.

 

Parece ser que se ha llegado al reconocimiento del establecimiento de un mundo multipolar. ¡Ahora ya se conoce cómo –en el caso que atañe– la Trampa de Tucídides ha resultado!

 

El nombre de Volodímir Oleksándrovich Zelenski​ parece cobrar mucha similitud con el de Phillippe Bunau-Varilla y –lo peor– con el de Ferdinand de Lesseps.

 

Zelenski no ha sido el héroe de la historia –película– pues calculó mal y acarreó la ruina a su país, esto sin importar que él se excuse en el hecho que la guerra le ha sido impuesta a su nación y que es un inmerecido premio para RUSIA y que en verdad occidente ha ganado la guerra –discutible porque a un perdedor no se le reconocen conquistas territoriales–. ¡Lo doloroso de las guerras es que prevalece la fuerza, no la razón ni la justicia!

 

Zelenski alega además que, la constitución ucraniana no le permite “ceder” territorios –no los cedería pues ya los perdió–. Si la memoria no engaña, nunca se le preguntó a ALEMANIA, JAPÓN ni a ITALIA cuando se rindieron en la SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, si sus constituciones les permitían rendirse incondicionalmente y si podían ceder y/o perder territorios, como en el marcado caso alemán.

 

En occidente, se pretende mostrar la reunión entre Putin y Trump como un total fracaso, guardando aún la esperanza que la guerra continúe y anhelando que EE. UU. y RUSIA se enfrenten militarmente.

 

Al final de la despedida ante la prensa, luego que Trump dijera que deberán volver a reunirse pronto, Putin replicó: “La próxima vez en Moscú.” Lo cual corresponde por cortesía y protocolo.

 

Por su parte, Trump atinó a responder: “Es interesante. Voy a recibir un poco de críticas por eso, pero puedo imaginar que eso suceda.”

 

Para el día de mañana, Zelenski ha sido llamado a Washington, D. C., para que el presidente Trump le “explique” todo lo que se ha discutido con RUSIA.

 

En desespero evidente, los socios europeos de Zelenski, se han invitado solos y han pedido ser recibidos también. Esto, para acuerpar al ucraniano para que no esté sólo; sin embargo, ya Trump les ha dicho que pueden llegar, pero que la reunión de él con Zelenski será antes y solo ellos dos sin los europeos, como cuando apartó a Macrón en el Vaticano hace algunos meses.

 

La postura de Trump hace que venga a la mente Margaret Hilda Thatcher –primera ministra británica cuando la guerra de las Malvinas– con un par de frases famosas pronunciadas por ella en tal ocasión: “La dama no está para vueltas” y “Yo no inicié esta guerra, pero juro que la terminaré.”

 

Hay dos locuciones latinas que deben ser recordadas en este momento y que no necesitan mayor explicación, precisamente por encerrar mucha sabiduría:

 

“Melius est malum pactum quam bona lis”, traducida como: “Mejor un mal pacto –arreglo– que un buen pleito.”

 

Y,

 

“Melior tutiorque est certa pax quam sperata victoria”, frase atribuida a Tito Livio, y traducida como: Mejor y más seguro es una paz cierta que una victoria esperada.”

 

 

 

¡Saque el lector sus propias conclusiones!

 

 

 

José Roberto Campos hijo

DOM 17 AGO 25

¡Gracias por leer y compartir este escrito!

 


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